26 October 2020

Como sería "Verano azul" en Netflix - La nueva telebasura anglosajona que todo lo absorbe


Hace diez años me di alta de Netflix en Estados Unidos, cuando éste proporcionaba una manera de ver películas muy novedosa: en Streaming y con DVDs por correo. Netflix era también una de las empresas tecnológicas punteras en Silicon Valley que dieron un salto adelante con todo lo relacionado con el vídeo-on-demand y su compleja tecnología. Era algo interesantísimo, por tanto, tanto por contenido como por tecnología.

En aquel entonces apenas nadie conocía Netflix en España, donde por supuesto no daba servicio. Los pocos que lo teníamos lo vimos como un servicio alternativo a la televisión. Por fin no había anuncios y, sobre todo, ideología, ya que era una plataforma minoritaria. La gente sólo buscaba entretenimiento de calidad.

Casi una década después el panorama con Netflix es completamente distinto. Los jóvenes (y no tan jóvenes) en España consumen Netflix a diario y es ya una plataforma que puede llamarse mayoritaria. "¿Qué serie estás viendo?, ¿cuál recomiendas?" son parte normal de nuestras conversaciones. Es decir, Netflix se ha convertido en la nueva televisión.

Es más, gracias a los enormes beneficios de Netflix, ya son más que una televisión. Netflix tiene sus propios estudios y realizan sus propias producciones, colaboran o directamente compran. Ellos son quienes ponen las reglas, por tanto, de qué contenidos entran en su plataforma. Son un gigante absoluto del entretenimiento, casi monopolístico.

Y Netflix ha cambiado mucho. Vaya si ha cambiado. En la actualidad hay tantísimo contenido que uno acaba perdiéndose. Y lo más preocupante: Netflix tiene una línea ideológica clarísima: son los grandes aliados de la postmodernidad / mundo progre.

Podría hacerse una tesis doctoral al respecto (que quizá ya se ha hecho), pero ¿se han dado cuenta que en absolutamente todas las series se meten personajes y pequeñas escenas gay/lesbianas/transexuales sin venir a cuento? No soy el único que se ha dado cuenta. ¿Que ahora cualquier mujer de 1,50m es capaz de pegar cuatro hostias a 5 maromos de dos metros y salir airosa? ¿Que las mujeres están interesadas en sexo sin compromiso, dar su vida por el trabajo, y pasan de la familia?

Esta retórica se ha metido con calzador en absolutamente cada nueva serie que aparece. Aunque la memoria no da para más, me viene a la mente algunos ejemplos:

  • En "la casa de papel" vemos a un Serbio cachas al que la guerra le hizo un tipo durísimo, que sin embargo se vuelve dulzón a la hora de metérsela a su novio. Tokio (Úrsula Corberó) mide 1,63m y pesa 52 Kg y es una chica de la calle. Sin embargo, es capaz de coordinar una operación, acabar con todos los malos que la doblan en peso, incluído un policía con experiencia en la guerra armado hasta los dientes.
  • En "vivir sin permiso", la jueza en realidad descubre que es lesbiana y se enamora de una policía y, por supuesto, el hijo del protagonista (Nemo) es gay. Esto no le supone ningún problema a Nemo, a pesar de ser un capo de la droga de Galicia, y que la sobreactuación y manerismos resultan absolutamente ridículas.
  • En "las chicas del cable" (ambientada en la época de los inicios del teléfono y las centralitas manuales), la protagonista parece sacada de "sexo en Nueva York" y se comporta como si viviera en una sociedad de 100 años después. También aparecen personajes gay, por supuesto, en un entorno y con una retórica nuevamente de 100 años después.
  • En "élite" un chico bisexual tiene madres lesbianas. Hay una familia musulmana donde la chica va con pañuelo y su hermano es musulmán y homosexual. Hay otra familia de clase baja. Todos tienen relaciones sexuales o fantasías con todos.
Podría poner muchísimos ejemplos más, ya que absolutamente todas las series que he visto siguen este patrón (de hecho ya tengo el cronómetro preparado para ver cuánto tarda en aparecer la escena LGTB - en algunas aparece ya en el primer capítulo y antes de los cinco minutos).

¿Qué importancia tiene todo esto? ¿Se trata de una obsesión en la que sólo se fijan conservadores y carcas como seguramente se pensara del autor de este artículo? O peor aún, ¿homófobos y toda la retahíla de -fobos que está de moda llamar actualmente a cualquiera que se atreva a abrir la boca?

La importancia es clara y además Netflix lo reconoce abiertamente: quiere (en terrible terminología anglosajona) "empujar la agenda gay". Si no hay retórica LGTB / multiculti, no habrá financiación ni espacio en la plataforma, o será mucho más difícil acceder. Parte de esa "agenda gay" (sobre todo de relaciones multi-raciales y bi-sexuales con las que están obsesionados) es también la agenda feminista, multi-culti y demás partes del "pack completo".

Esto hace que las nuevas producciones supuestamente "históricas" hagan cosas absolutamente ridículas y faltas de rigor (como gente de raza negra donde nunca la hubo u homosexualidad en cada esquina), o no haya película o serie en la que aparezcan relaciones homo o bisexuales o grupos de amigos uno de cada raza. Como todos los progres, Netflix y sus defensores arguyen que es para "visibilizar" o "contrarrestar" cómo se ha hecho el cine en el pasado, que tampoco era representativo sino blanco, patriarcal, bla, bla, bla. Es decir, reconocen que lo importante es la ideología y que se trata de una especie de "venganza" o "contraataque".

Para empezar, esto es completamente falso. Cuando yo era pequeño, había un porrón de shows televisivos y películas americanas que mostraban abiertamente cosas y personajes que hoy se dicen ocultar. ¿Os acordáis de "cosas de casa", "el príncipe de Bel Air"? Los protagonistas eran negros y, en el caso del príncipe de Bel Air, negros de clase muy alta. ¿Y qué hay de "a fuerza de cariño" donde el personaje principal tenía síndrome de Down? ¿Qué hay de las películas y shows de Eddie Murphy, Morgan Freeman o Whoopi Goldberg? ¿"Loca academia de policía"? Los negros, además, contaban y cuentan con la ventaja de que siempre son personajes buenos, graciosos y bondadosos. Los malos malísimos siempre son hombres blancos de unos 50 años con el pelo blanco.

Ahora mismo estoy viendo una película de 1981, "Distrito Apache" donde en el departamento de policía en el Bronx trabaja gente de todo tipo, diferentes razas, hombres y mujeres. Aparecen transexuales latinos, negros, italianos, portorriqueños, prostitutas negras y todo el copetín. El policía protagonista (Paul Newman) se enamora de una enfermera de clara ascendencia sudamericana. La película denuncia además, cómo Paul Newman se enfrenta a la dificultad moral de denunciar o no a sus compañeros, que asesinan injustamente a un portorriqueño. Él mismo denuncia: "a la gente no le importa una mierda porque es portorriqueño - seguro que si fuera irlandés la cosa sería diferente". 

En ese mismo año se estrenó en España "Verano azul", donde un grupo de chavales se juntaban cada verano a pasar las vacaciones en Nerja y crecían juntos. Se enfrentaban a sus primeras disputas, diferencias de edades, enamoramientos, contradicciones y dificultades de la vida.

Ambos filmes me parecen geniales. ¿Por qué? Supieron capturar la esencia y problemática de cada lugar y momento. Y reflejarlo de una manera entretenida. El Bronx y Nerja no tenían nada que ver. En Nerja no había portorriqueños transexuales haciendo la calle, médicos o policías negros, ni disparos por las noches. Y en el Bronx no había niños juntándose pacíficamente a jugar de manera segura por las calles, con sus padres diciéndoles que no se metieran al agua nada más comer por un posible corte de digestión. 

Sin embargo, ¿se imaginan cómo sería la nueva versión de "Verano azul" en Netflix? Aunque fuera un "remake" de los años 80, los amigos consistirían en un niño chino que trabaja en un bazar en Madrid, una negra lesbiana catalana que intenta llevarse a la cama a su amiga de rubia de ojos azules pija de Galapagar y le propone un trío con su prima musulmana que vive en Barakaldo. La musulmana a su vez sería la mejor amiga del niño chino, que sería su "confidente". El último personaje sería Gorka, con pintas de levantador de piedras, que fue novio de la musulmana de Barakaldo. En realidad, sin embargo, se arrimó a ella sólo para ver si conseguía hacerle una felación al niño chino. Gorka acabaría explicándole que no se puede asumir nada acerca de los gustos sexuales porque eso es "antiguo y patriarcal" y lo mejor es probar un poquito de todo. Además, no hay que discriminar y no todos los penes son iguales.

Ésta es la visión que Netflix propondría seguramente como condición para financiar y emitir un remake de "verano azul".

Netflix fue muy bueno, pero hoy es completamente predecible y con una marcada agenda política que está por encima de todo. Es decir, Netflix es telebasura.

Telebasura marcadamente anglosajona, que intenta expandir sus traumas históricos y culturales por todo el globo, aunque no encajen en absoluto con otros lugares o momentos. Estados Unidos ha sido y es abiertamente racista.  El censo, las entrevistas de trabajo, las estadísticas, en todas partes a uno se le asigna raza. Razas completamente arbitrarias y que no vienen a cuento en otros países o momentos históricos diferentes a los suyos.

¿Se imaginan en España que al echar para un trabajo por Internet o al registrarse en el censo hubiera una lista desplegable donde aparecieran cosas como: "blanco, moreno, gitano, chino, rumano, norteafricano, sudamericano"? Y que apareciera en sexo: "hombre/él, hombre/ella, mujer/ella, mujer/él, prefiere-no-decir, otros". ¿Que el Instituto Nacional de Estadística sacara los datos agregados por estos grupos? ¿Que las series de televisión y películas se rigieran por cuotas y agendas políticas basadas en esto?

Pues ésta es la realidad de Estados Unidos y la visión cultural que están intentando imponer en todo el mundo. Y Netflix no es más que parte de ello. Imperialismo cultural puro y duro. Telebasura.

Sigo teniendo Netflix porque pago una cuenta compartida para familiares que no quieren que la quite. Aunque yo no lo veo, sería cruel hacerlo porque para ellos es ya la nueva televisión.

Me vuelvo a terminar de ver "Distrito Apache" de la antigua televisión (en versión modernizada en forma de app - muy recomendable).

Diez años después de darme de alta en Netflix, donde fui pionero, hoy es lo contrario: lo revolucionario e innovador es ver una película de los 80 que echan por la tele.

Saludos.

20 October 2020

Pinceladas y mitos del mundo germánico - 10 años después


Hace varios años que mudé al mundo germánico por razones laborales. Creía que iba a ser un lugar más serio, razonable y, sobre todo, científico. Como en toda historia, no es exactamente así y en todas partes cuecen habas.

Hace diez años escribí éste y otros posts durante mi estancia en Freiburg, en el sur de Alemania casi frontera con Suiza. Mi estancia y por tanto impresiones fueron muy positivas. En aquellos tiempos yo era estudiante y estuve sólo 3 meses. Todo me pareció nuevo y estupendo.

Hoy debo reconocer que tuve suerte en muchas cosas, como por ejemplo el apartamento que encontré. Después de eso he encontrado cosas mucho peores y no amuebladas, que es lo normal. Aun así, me sigo manteniendo en que, en general, la calidad ofrecida en cuanto a vivienda es superior en media a la de España y los precios relativos al salario son inferiores. La vida en un sitio como Freiburg también es muy agradable y tranquila. El transporte público, la bicicleta y la naturaleza que abundan en sitios como Freiburg  hacen la vida placentera. De nuevo, Freiburg es el sur de Alemania y el clima es muy bueno comparado con otras partes. Durante esa estancia tuve que ir a Berlín unos días y recuerdo nieve hasta la rodilla...

Tras casi 10 años por el mundo germánico (mayormente en Austria) y habiéndome enfrentado a la realidad de la vida (trabajar, hacer la declaración de la renta, ir al médico, asistir a reuniones de vecinos, dar de alta la luz...), las cosas no son tan de color de rosa.

Hay tanto para escribir como para un libro (que quizá algún día escriba), pero aquí van unas pinceladas, ya que no dispongo de tiempo.

A mi parecer, y hablado con muchos de mis colegas y amigos emigrantes, hay muchos grandes mitos que convendría romper y que, por desgracia, están llegando a España:

  1. Son buenos planificadores. El mundo germánico está obsesionado por planificar hasta el último detalle, hasta el último minuto. Todo son paquetes de trabajo, fechas, calendarios. La realidad es que nadie cuenta con información perfecta ni puede calcular con total precisión, especialmente si hay imprevistos. La realidad es tozuda, pero ellos lo son más. No aceptan cambios o imprevistos y aprietan a la gente a hacer cosas de las que no está orgullosa o que los acaba quemando. Eso no es ser un buen planificador.
  2. Son eficientes. El mito más extendido. Si por eficiente se entiende estar delante del ordenador y no parar a tomar café, o pegarse horas haciendo tareas repetitivas y estúpidas sin protestar, entonces sí, lo son. Pero esa no es la definición de eficiente, sino lo contrario. Eficiente es realizar el mayor trabajo con el menor esfuerzo/recursos posibles, y eso no lo son en absoluto. En vez de pararse a pensar un poco, estudiar, preguntar, etc... utilizan la fuerza bruta porque saben que "trabajar mucho está bien visto" y "preguntar es de débiles". Además, las cosas deben hacerse como siempre se hicieron y la última tecnología (que casi siempre viene de USA) no está bien vista.
  3. Son más inteligentes y con más estudios. He visto no pocos estudiantes que tardan 10 años en terminar una carrera y el doctorado ni digamos. El doctorado realmente no implica lo mismo que en España. Mucha gente lo obtiene sólo para poder ganar más dinero y prestigio y una vez obtenido no se dedica a la carrera investigadora. Esto trae muchos problemas  asociados (mucha gente hace un doctorado sabiendo que no será investigador así que hace lo mínimo, hay muchísima gente con doctorado lo cual devalúa el título en la práctica, los estudiantes son explotados para cosas que no les benefician en su carrera investigadora/profesional, etc...). Los títulos sirven para comprar prestigio y superioridad y esto en Austria da para un post aparte. Un deshollinador que conozco tiene su título de máster en la tarjeta de visita/empresa, la mayoría de talleres estilo "Manolo el de la esquina" son ingenieros y recordad que las pizza Dr. Oetker está tiene que estar obviamente más buena por definición que la de Casa Tarradellas, ya que la fórmula de la masa la patentó un alemán con título de doctor. ¿Resultado? Sí, tienen más títulos que en España. Más estudios, más calidad, más conocimiento, y para qué les han servido esos títulos es sin embargo dudoso.
  4. Son emprendedores e innovadores. Ésta es mi favorita. Hay algunos casos puntuales, pero basta dar un repaso para ver que el mundo germánico es muy parecido al chino. Viajan, compran lo que funciona porque tienen dinero, lo adaptan al mercado local y lo promocionan como suyo.  Un ejemplo muy chirriante que he padecido recientemente ha sido cómo me han dado lecciones de lo innovador que es SEAT y la nueva sub-marca Cupra. Sí, amigos, por estos lares ya se ha asumido que SEAT es un invento alemán y Cupra su nueva marca innovadora. Salvo entendidos, la gente corriente no tiene ni idea que SEAT significa "Sociedad Española de Automóviles de Turismo" y los modelos Cupra existen desde hace décadas. El alemán quiere beneficio alto y estable pero riesgo cero, y hará todo lo posible para lograr ese objetivo. Es, además, tremendamente conservador. Tiene su mérito y es una forma totalmente razonable de ganarse las lentejas, pero eso no es innovación ni emprendimiento.
  5. Manejan bien el dinero. Ésta es difícil de ver. Cuando los ves en persona son muy "frugales" con el dinero (para muchos de nosotros en muchos casos serían ratas o simplemente "miserables"). Pero ojo, esto solo cuando toca gastar SU dinero en OTROS. Es decir, no esperes que el alemán medio te invite a una caña para celebrar algo o te perdone los diez céntimos que le pediste para el parkímetro. Esto no es así cuando se trata de dinero de los demás o de una empresa. Ahí ya no hay frugalidad: viajes en primera clase, los mejores hoteles, etcétera. Y la cantidad de dinero público derrochado y malgastado es mucho mayor de lo que la gente cree en España. En investigación y muchas empresas, los euros que vienen de Europa se cuentan por millones, y los proyectos finales se quedan en prototipos y agua de borrajas, normalmente repitiendo cosas que ya están funcionando a la perfección en Estados Unidos. Por ejemplo, la cantidad de millones invertidos en proyectos de "investigación en coches autónomos" es brutal, cuando en Estados Unidos ya se puede pedir un taxi sin conductor. Mientras, mis amigos alemanes fardan de que su Mercedes es capaz de leer las señales de limitación de velocidad de tráfico automáticamente...
  6. Piensan en el bien común antes que el individual. Aquí habría que definir qué es el "bien común". Si es un "ente abstracto" o algo así como "la tierra" o esoterismos como Gaia, entonces vale. Pero los intereses de "Gaia" suelen ir contra los de las personas reales y suelen coincidir con los de las élitas. Qué cosas. Por ejemplo, las personas reales tenemos que sufrir trenes, tranvías y oficinas sin aire acondicionado, o autobuses diésel ultra-contaminantes, porque es más importante reaprovechar autobuses, trenes y tranvías antiguos (lentos, inseguros, sin aire acondicionado ni ventilación, sin rampa para minusválidos....) que el bienestar de los mortales. Eso sí, en el edificio donde trabajaba, en la planta del rectorado se instaló aire acondicionado (la única) y éstos vienen al trabajo en sus  Teslas. En Alemania, en Austria y en Suiza cuecen habas como en todas partes: cuando se trata de algo beneficioso para el "pueblo" comienzan los argumentos del ahorro. Cuando es para las élites, éstos argumentos cambian. Mientras los autobuses diesel siguen funcionando, para las élites se empiezan a justifican los Teslas por temas medioambientales... De hecho, donde vivo hay una compañía de Taxis que sólo tiene Teslas, con la misma tarifa que los taxis normales, y el gobierno les subvenciona la diferencia. No conozco a ningún trabajador que jamás haya tomado un taxi ni Tesla ni no Tesla (tarifas carísimas) pero las élites comentan entre sí cómo prefieren llamar a un taxi ("para ahorrar tiempo") y que sea Tesla ("por razones ecológicas") cuando vuelven de un congreso o viaje de trabajo. Pagado, por supuesto, con dinero de la universidad/empresa. Cuando son sus viajes particulares son capaces de coger 3 autobuses por no gastar (con el abono mensual también pagado por la empresa por supuesto). Seguro que conocéis a alemanes que, aun ganando el triple que vosotros, cuando van de viaje por España, prefieren coger un autobús nocturno de 12 horas, que un avión 20 minutos o un AVE de 2 horas. O alquilar un coche de alquiler sin seguro de ningún tipo por cuatro perras. Vaya, cuando toca rascar el bolsillo, se acabaron los argumentos ecológicos y del bien común. Siento defraudaros pero los alemanes se mueven fundamentalmente por "la frugalidad" (siendo finos). Si les importara la ecología de verdad haría que preguntarles por qué antes de los 30 años muchos ya tienen un coche de 200CV o han dado la vuelta al mundo y te cuentan sus viajes a Australia, China y Thailandia, mientras tu rutina es coger el bus de línea de la universidad al pueblo el fin de semana y lo más lejos que fuiste fue a Londres de viaje de estudios. Volvamos al principio. ¿Por qué creéis que la gente se mueve tanto en bici, incluso con frío, mal tiempo o mucho calor? Es de cajón. Porque es más rápida, cómoda y eficiente que el transporte público. Y, muy importante. Gratis :)
  7. Se atienen y respetan las normas. De nuevo, sí y no. En el mundo germánico todo es cuestión del matiz interpretativo. Son claramente más educados, respetuosos y respetan las normas que los españoles, eso es indiscutible. Pero también es cierto que depende de qué normas y para quién. En casi todas las ocasiones las normas son "negociables" dependiendo de quién seas o de parte de quién vengas, y en mi caso he ido siempre preparado según los protocolos expuestos en Internet para descubrir que bueno, que en realidad ya "no es así". Al final el formulario que aparece en la web ya no es el que se usa. Has venido para nada porque ahora con Coronavirus todo se hace remoto, a pesar de que pone que el trámite X debe ser completamente presencial y verificado por una persona. Aquí no pueden circular turismos, salvo el de fulanito. Etcétera. Un amigo define este país como el de los "double standards" (doble rasero) y si eres una figura de autoridad, las normas no sirven no te afectan.
  8. Tienen mentalidad científica y racional. La medicina es excelente. Ésta ha sido mi mayor decepción y si no fuera porque ya estoy viejo, si quisiera investigar de verdad y trabajar en ciencia, me iría a Reino Unido, Estados Unidos o incluso a España. Un sitio conservador, controlador, y con respeto "absoluto" a las jerarquías, donde cada movimiento tiene que ser supervisado por un comité, jefe, etcétera... no es un sitio para investigar (léase el apartado anterior sobre innovación). El mundo germánico es la cuna del esoterismo. De aquí proviene la homeopatía, la agricultura biodinámica, las teorías más variadas sobre la mente humana, máquinas de "leer las manos" en las mismas farmacias, y un sinfín de tradiciones sin base científica alguna. En contra de lo que mucha gente cree (como yo antes de venir) son altamente "respetadas" (de nuevo relacionado con la falta de innovación, el conservadurismo, y el respeto a la autoridad). La última vez que fui al hospital me recetaron un "té de plata coloidal" (léase el informe de la FDA en Estados Unidos) y muchísimos médicos son también homeópatas. Las pseudoterapias, suplementos milagro y cosas exóticas de todo tipo (por ejemplo, Ayurveda o la leche de yegua) están a la orden del día y se ofrecen en farmacias y despachos médicos. El mundo del bio/orgánico no digamos: es el elixir de la eterna juventud.  Cuando a la gente le cuento que una amiga recibió un informe en una farmacia donde poniendo la mano en una especie de escáner le sacaban desde "intolerancia al gluten" hasta "niveles de hierro en sangre" y "alergia al tinte de pelo" no se lo creen. Cuando les digo que un compañero brasileño fue diagnosticado de intolerancia al gluten midiendo su resistencia muscular mientras le pedían que cogiera un puñado de trigo en la mano, me llaman directamente mentiroso (pero es estrictamente cierto). La ciencia (química, medicina, etcétera...) son muy poco respetadas y hay una gran desconfianza del público general hacia ellas. Un español simplemente no lo creería y consideraría mucha de la medicina de por aquí entre una mezcla "atrasada" y esotérica. Por supuesto, también hay medicina puntera y buena, pero es difícil de encontrar y en muchos casos privada. Así que hay que andar con muchísimo ojo con cualquier tema científico (y sobre todo médico) porque las posibilidades de caer en malas manos son altísimas.

Éstas son sólo algunas pinceladas rápidas e inconexas que he preferido publicar (motivado por el comentario de Gallego Rey) que dejar en el cajón del olvido.

Hay más, mucho más, pero como digo quizá daría para un libro. Tiempo al tiempo.

Saludos.