05 December 2008

Los altos cargos (2)


Hace poco hablé algo sobre los altos cargos en el artículo "el nuevo principio de Peter":

... los altos cargos son humanos y, de la misma forma que el resto de trabajadores, también pueden ser vagos, incompetentes o cobardes. De hecho muchas veces lo son. Tanto o más que sus subordinados a los que tanto critican por falta de eficiencia. La única diferencia es que ellos tienen dónde ampararse porque no tienen que dar explicaciones. Cuando hay que darlas es cuando empiezan los problemas, porque no suelen tener que ver únicamente con perder el tiempo leyendo el periódico en el trabajo -que también-. Su pérdida de tiempo o incompetencia afectan enormemente a la economía de su entorno. Si un trabajador medio pierde el tiempo o es incompetente puede malgastar unos pequeños recursos (tiempo, luz, espacio físico...), pero difícilmente hará cargos a cuenta de la institución o empresa como comidas, cenas, gasolina, vuelos, noches de hotel o caprichos tecnológicos.

Hoy se publica en menéame la siguiente noticia: ¿Qué hacían los europarlamentarios en Bombay?.

Excelentes declaraciones de uno de ellos:

Y en cuanto a la sustancia del viaje, nuestro objetivo era doble: verificar cuáles son la preocupaciones de la India en las negociaciones en curso en la Organización Mundial de Comercio, y otro tanto en el acuerdo bilateral con Europa. En ambos se juegan mucho también las empresas y los consumidores españoles. El control parlamentario de estas negociaciones las hace más transparentes y democráticas, sacándolas de los cenáculos tecnócratas tanatas veces criticados. Por eso nos reunimos no sólo con negociadores, sino con sindicatos y ONGs de la India. Trabajo infantil, medio ambiente, servicios públicos, son algunas de las inquietudes de las que nos ocupamos. Finalmente, en cuanto al lujo de un hotel de 600 habitaciones, le puedo decir que el coste por habitación era el equivalente al de un hotel de calidad, no de lujo, de cualquier ciudad europea. No éramos excursionistas, y pretendíamos trabajar 14 ó 15 horas al día, como así hicimos en Delhi, pese al jet lag, a los vuelos y a la temperatura.

Declaraciones que reunen las premisas básicas de todo gerente/director/alto cargo pillado in fraganti tras haber tomado decisiones (en esta caso, viajes) por su cuenta o en petit comité donde todos acuerdan guardar silencio:
  • Siempre existe justificación.
  • Se utilizan palabras ambiguas, etéreas y vacías: dinamizar, gestionar, coordinar, evangelizar, bilateral, hoja de ruta... En este caso se muestra un excelente dominio del lenguaje: "El control parlamentario de estas negociaciones las hace más transparentes y democráticas, sacándolas de los cenáculos tecnócratas tanatas veces criticados". Cenáculo. Curiosa palabra.
  • La explicación se cae por su propio peso ante cualquier persona medianamente inteligente y con sentido común.

Pero lo más importante es utilizar el fundamental recurso que jamás debe faltar cuando no queda otra salida. Aludir a los sentimientos humanos más primarios para dar pena e inspirar compasión:
  • "Por eso nos reunimos no sólo con negociadores, sino con sindicatos y ONGs de la India. Trabajo infantil, medio ambiente, servicios públicos, son algunas de las inquietudes de las que nos ocupamos".
  • "No éramos excursionistas, y pretendíamos trabajar 14 ó 15 horas al día, como así hicimos en Delhi, pese al jet lag, a los vuelos y a la temperatura".
Lo que quieren insinuar pero no se atreven a decir directamente -jamás se atreven porque quedaría ridículo- es lo siguiente:
¡Ay de vosotros que no sabéis la suerte que tenéis!. Puestos de baja responsabilidad, trabajo de sólo 8 horas diarias en la misma ciudad donde vivís, sin tener que viajar, coger aviones ni soportar largas charlas con gente insoportable, cenas y cocktails. Y además, sólo os preocupáis de problemas mundanos y carentes de importancia. ¡Con lo que yo me sacrifico por vosotros y por el bien del mundo!. ¡Ojalá pudiera yo estar en vuestros puestos!.

Pero sin embargo, no están en esos puestos. Jamás. Y no ofrecerán cambiarlo por el tuyo ni por todo el oro del mundo, a pesar de insistir una y otra vez en lo desafortunados que son.

Toma nota amigo. Si vas para gerente no inviertas tu dinero -perdón, el de tus padres- ni pierdas el tiempo haciendo un MBA. Con un buen curso de oratoria (vacua) y los grandes (y numerosos) maestros gratuitos a disposición de todos no hace falta gastarse esa pasta.

¿De verdad quieres empezar a sacrificarte ya tan joven teniendo que ponerte traje, viajando a Dubai a hacer las prácticas, pasando frío en el velero de tu compi de máster, viajando por todos los continentes a ver cómo funciona la economía mundial -si tienes verdadera mala suerte hasta puedes encontrarte con una comisión de eurodiputados y tener que aceptar una cena- y, encima, pudiendo acabar con una epicondilitis en esos largos partidos de pádel?.

Piénsalo. La vida es dura y requiere sus sacrificios, como siempre te han enseñado desde bien pequeño. Luego no te quejes de que no te lo advirtieron.

Y ahora, ¿qué?


Es la gran pregunta. En el artículo anterior leíamos cómo Pérez-Reverte profetizó hace diez años de qué iba el cotarro y cómo acabaría la cosa. Pero no era el único; la gente medianamente inteligente se lo temía, aunque no quería reconocerlo por miedo o porque lo llamaran pesimista, agorero, etc.

Y mucho me temo que así se seguirá siendo siempre. Son cosas que pasan. La economía es cíclica, blablabla.

¿Qué pasará ahora?. La mayoría de nosotros no lo sabemos, pero pasará. Ellos nunca pierden, nunca lo han hecho a lo largo de la historia. Y no son tontos.

Posibles medidas en marcha para superar la crisis:

  • Sacar nuevas leyes que obliguen a un férreo control económico hacia el Estado y las empresas para que esto no vuelva a ocurrir. Detallar las competencias, requisitos y la estructura de dichos organismos de control. Necesidad de una burocracia y medios ingentes que el Estado no podrá asumir y necesitará subcontratar. Meses antes de que la ley entre en vigor existirán ya varias empresas gestoras constituidas encajando a la perfección con el perfil, generando miles de puestos de trabajo mecánicos y de baja responsabilidad que permitirán reducir los niveles de paro.
  • Convencer al personal de que el modelo anterior estaba equivocado. De que la concentracion en las ciudades, el estrés, el consumismo, no tienen sentido y hay que volver a la vida rural. De que los pueblos abandonados y expropiados en realidad eran la solución, pero esto tiene vuelta atrás. Cursos del INEM de "cómo superar el consumismo y volver a encontrarnos" o "¿cómo pude pagar 30 kilos por un cuarto sin ascensor en un barrio cutre?" impartidos en academias privadas subvencionadas. Estos cursos darán puntos para optar a las "ayudas para el retorno al medio rural", pudiendo disfrutar de una casa con un pequeño terreno en un secarral abandonado que antes nadie quería pero ahora cuesta lo que costaba el cuchitril de 40 metros en la ciudad.
  • Lo anterior puede estar ayudado por ex-empresas constructoras que pasarán a ser empresas "vertebradoras de la transformación verticohorizontal del territorio", demoliendo las viviendas excedentes para reconvertirlas en materiales de construcción reciclados de alto coste pero obligado uso en las nuevas viviendas rurales según el nuevo CTEP (Código Técnico de Edificación Postcapitalistaliberal).
  • La campaña "¿cómo pudo usar su coche durante tantos años, maldito egoista?" será la nueva de la DGT. Habrá subvenciones para la "ferrocarrilización paulatina del parque móvil español", donde darán vales-viaje por cada litro de gasolina adquirido en Carrefour -doble puntuación si es gasoil- para tener derecho preferente a no utilizar el coche en el futuro. En ese futuro cercano la empresa del automóvil se habrá reconvertido en empresa ferroviaria, volviendo a fabricar máquinas y vagones de tren con wifi y bluetooth con acceso directo a todo el repertorio de El Fary.
  • Ante el problema de exceso de carreteras y el problema de vallado del territorio, que impide la libre reproducción del lince ibérico -la impidió desde hace 40 años pero es ahora cuando hay que poner medidas-, no habrá otra opción que desmantelarlas para reconvertirlas en vías férreas, de las cuales se encargarán las ex-empresas que las construían.
  • Para poder circular por las pocas carreteras que queden será obligatorio, por ley, utilizar vehículos de "bajo índice de impacto de rodadura", con ruedas de un caucho especial hecho a partir de la mezcla a partes iguales de brea de autopista de peaje desmantelada de al menos 10 años de maceración + ladrillo molido con denominación de origen de Marbella. Cualquier otra fórmula deberá ser valorada por los organismos de gestión económica de nueva creación.
Por supuesto, todo eso será por nuestro bien y por el del planeta. Y será ahora.

Siempre ha sido cuestión de imaginación. Nos vemos en 10 años :)

04 December 2008

Los Amos del Mundo (Arturo Pérez-Reverte)


LOS AMOS DEL MUNDO
Arturo Pérez-Reverte


(Publicado en 'El Semanal' el 15 de noviembre de 1998).


Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla intro del computador, su futuro y el de sus hijos.

Usted no sabe qué cara tienen, pero son ellos quienes lo van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete, o un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro.

Usted no tiene nada que ver con esos fulanos porque es empleado de una ferretería o cajera de Pryca, y ellos estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio, o al revés, van por las mañanas a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street, y dicen en inglés cosas como long-term capital management, y hablan de fondos de alto riesgo, de acuerdos multilaterales de inversión y de neoliberalismo económico salvaje, como quien comenta el partido del domingo.

Usted no los conoce ni en pintura, pero esos conductores suicidas que circulan a doscientos por hora en un furgón cargado de dinero van a atropellarlo el día menos pensado, y ni siquiera le quedará el consuelo de ir en la silla de ruedas con una recortada a volarles los huevos, porque no tienen rostro público, pese a ser reputados analistas, tiburones de las finanzas, prestigiosos expertos en el dinero de otros. Tan expertos que siempre terminan por hacerlo suyo. Porque siempre ganan ellos, cuando ganan; y nunca pierden ellos, cuando pierden.

No crean riqueza, sino que especulan. Lanzan al mundo combinaciones fastuosas de economía financiera que nada tienen que ver con la economía productiva. Alzan castillos de naipes y los garantizan con espejismos y con humo, y los poderosos de la Tierra
pierden el culo por darles coba y subirse al carro.

Esto no puede fallar, dicen. Aquí nadie va a perder. El riesgo es mínimo. Los avalan premios Nóbel de Economía, periodistas financieros de prestigio, grupos internacionales con siglas de reconocida solvencia.

Y entonces el presidente del banco transeuropeo tal, y el presidente de la unión de bancos helvéticos, y el capitoste del banco latinoamericano, y el consorcio euroasiático, y la madre que los parió a todos, se embarcan con alegría en la aventura, meten viruta por un tubo, y luego se sientan a esperar ese pelotazo que los va a forrar aún más a todos ellos y a sus representados.

Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la segunda, que el chollo es el chollo, e intereses de un tropecientos por ciento no se encuentran todos los días. Y aunque ese espejismo especulador nada tiene que ver con la economía real, con la vida de cada día de la gente en la calle, todo es euforia, y palmaditas en la espalda, y hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas. Y esto, señores, es Jauja.

Y de pronto resulta que no. De pronto resulta que el invento tenía sus fallos, y que lo de alto riesgo no era una frase sino exactamente eso: alto riesgo de verdad.

Y entonces todo el tinglado se va a tomar por el saco. Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro. Y entonces, ¡oh, prodigio!, mientras que los beneficios eran para los tiburones
que controlaban el cotarro y para los que especulaban con dinero de otros, resulta que las pérdidas, no.

Las pérdidas, el mordisco financiero, el pago de los errores de esos pijolandios que juegan con la economía internacional como si jugaran al Monopoly, recaen directamente sobre las espaldas de todos nosotros.

Entonces resulta que mientras el beneficio era privado, los errores son colectivos, y las pérdidas hay que socializarlas, acudiendo con medidas de emergencia y con fondos de salvación para evitar efectos dominó y chichis de la Bernarda. Y esa solidaridad, imprescindible para salvar la estabilidad mundial, la paga con su pellejo, con sus ahorros, y a veces con su puesto de trabajo, Mariano Pérez Sánchez, de profesión empleado de comercio, y los millones de infelices Marianos que a lo largo y ancho del mundo se levantan cada día a las seis de la mañana para ganarse la vida.

Eso es lo que viene, me temo. Nadie perdonará un duro de la deuda externa de países pobres, pero nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores y canallas que juegan a la ruleta rusa en cabeza ajena.

Así que podemos ir amarrándonos los machos. Ése es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza.

¿Qué es la bolsa?


La gente y la bolsa

Curiosa pregunta que se hace mucha gente. Gente que no entiende qué es, cómo funciona y por qué tiene tanta importancia. O gente que cree que sabe cómo es y cómo funciona.

La gente humilde asume que es debido a su incapacidad para entenderla, a su falta de formación en economía, a que es demasiado complicada, a que es sólo para gente con traje o, más bien, para gente a la que le sobra el dinero. A pesar de que todo el mundo juega no suelen decidir arriesgar. Es simplemente algo que está ahí porque tiene que estar.

Otras personas creen que saben cómo funciona, depositan su confianza en determinadas empresas y apuestan -aunque lo llaman invertir- su dinero por ellas, jugando en bolsa. No tiene nada de malo cuando se aceptan las cosas tal y como son y la cosa se hace en el ámbito privado.

Los que forman parte del sistema

El problema surge cuando algunas de esas personas empiezan a formar parte de esa máquina enorme que es la bolsa.

¿Cómo?. Es fácil. Especulación y propaganda gratuita: se dedican a hacer sentir a los demás que son poco menos que imbéciles por confiar en las fórmulas tradicionales, esto es, en que no existen milagros o, como dice el refranero, que nadie da duros a cuatro pesetas. Pero ellos están por encima de eso y miran por encima del hombro a esa gente que no entiende del tema mientras visualizan en tiempo real y mediante un plug-in de su dispositivo móvil -importante detalle- la cotización de las empresas donde han invertido.

¿Qué es la bolsa?

Todo el mundo sabe la definición tradicional: "el mercado donde se compran y venden las acciones de las empresas", etc. Cuando uno empieza a ir más allá... ¿qué es una acción?, ¿cuánto vale?, ¿por qué?, ¿qué es lo que aporta valor a esa empresa y a esas acciones?, etc. es cuando empiezan los problemas porque nadie lo explica con claridad. Bien porque no lo sabe -la mayoría- bien porque no interesa.

Buscando por la red he encontrado un video (pongo el primero de la serie de 7) que lo explica de la forma más clara y sencilla que he visto nunca.

¿Es la bolsa una estafa piramidal?



Parte 2 y siguientes (en Youtube)

La bolsa y la economía

Todo esto podría resultar divertido si la bolsa fuera lo que debería: un juego arriesgado para gente que se aburre con su dinero. O para gente que quiere ganarlo sin dar un palo al agua.

El problema una vez más es que, desgraciadamente, la bolsa afecta a las personas. Incluso una pequeña variación en las antípodas afecta a empresa locales, a sus plantillas, al país, al paro, a la vivienda, a la economía doméstica...

En definitiva: a todo el mundo, hubiera querido jugar en bolsa o no, creyera que era una estafa o no.

Ése es el gran problema del tan debatido sistema actual. ¿De verdad queremos que nuestro futuro esté en manos de parámetros como la especulación y la picardía?.

Quizá sí. El trabajo, la constancia, la humildad, la sinceridad y el compromiso son de otra época. No son suficientemente cool.