16 September 2015

Los dibujos de mi amiga


Una amiga me ha enseñado hoy unos dibujos con sombras que ha hecho en un curso. Los dibujos son muy buenos, pero en vez de despertar emociones positivas en mí, se me ha revuelto el estómago. Me ha costado un poco entender por qué, pero al final lo he conseguido. Fueron mis experiencias con la profesora de dibujo en el instituto, lo cual me ha llevado a pensar cómo los profesores marcaron nuestras vidas y nuestro futuro.

Recuerdo muchas cosas de los profesores. Tuvimos algunos profesores excepcionalmente buenos, como los de informática, matemáticas, o física, que nos hicieron entender y amar la ciencia, la tecnología, el mundo; tuvimos los mediocres--la mayoría--, y tuvimos algunos que nos hicieron odiar las asignaturas.

En general, los de letras/humanidades/arte fueron los peores. Quizá porque sus objetivos didáctivos y sus correcciones eran más subjetivas que otra cosa y era imposible demostrar nada cuando considerábamos alguna correción injusta. Así como en matemáticas, física, o informática, o sabías hacer las cosas o no sabías, y muchas veces podías demostrar un error en la correción, o un camino diferente que llevaba a la misma solución; en humanidades el único argumento era el de autoridad de la palabra del profesor. En ciencias también pasaba, pero mucho menos.

Reclamar un resultado injusto en humanidades o arte era más un juego de negociación, persuasión y manipulación, a veces hasta sumisión, que de utilizar la evidencia. Una sonrisa pícara, una mirada sumisa, en matemáticas, física o informática, servían de poco.

Por otra parte, ¿cómo iba un chaval de 16 años tener una interpretación diferente (no digamos ya "más acertada") de Kant que el profesor? ¿cómo iba ese mismo chaval relatarte la historia de una manera diferente, sobre todo si había consultado otras fuentes?

A estas personas se las castigaba con notas "borderline" y a veces humillaciones delante de todos. Recuerdo algunas anécdotas personales.

En historia yo era bastante aplicado, estudiaba, pasaba los apuntes a ordenador de manera estructuradísima mezclando lo dicho en clase, con el libro, con a veces otras fuentes. Mucha gente de clase me pedían mis apuntes y estudiaron de ellos. No sólo muchos de esos alumnos no eran muy brillantes, sino que todo el mundo sabe que para realmente interiorizar una cosa hay que escribirla o enseñarla (cosa que hacía yo con mis apuntes). El resultado era que la mayoría sacaba mejores notas que yo en el examen. En muchas ocasiones yo sacaba un suficiente o un bien, cosa insultante para cualquiera que se tomara estudiar en serio. A veces las cosas llegaban a límites ridículos. Hace casi 20 años de ésto y todavía lo recuerdo. En un examen escribí la palabra "paliación" y no sólo me bajó la nota el profesor sino que me ridiculizó delante de la clase, leyéndolo en público. Se río y dijo algo así como "muy buena tu creatividad, muchacho--en tono sarcástico--pero esa palabra no sale en mi diccinonario María Moliner". Yo no podía segurar en el momento que estaba en lo correcto (no había Internet), así que lo miré luego en casa. Al día siguiente le dije que me parecía muy bien, pero que en mi diccionario de la Real Academía la palabra sí que salía. Se hizo el loco y todavía estoy esperando que me suba la nota o una disculpa .

En filosofía la cosa era todavía peor. El profesor hinchaba la nota descaradamente a las chicas, y a muchos de nosotros nos ponía como nota un interrogante "?" en el examen, cosa que no sabíamos ni qué significaba, imagino que para hacerse el interesante. Resultó significar que tu caso era borderline y tenías que pasarte a hablar con él para ver "qué hacía contigo", como si fuera un juicio. El juicio era un juego raro que hoy me parece "demasiado íntimo". Con casi toda probabilidad, el profesor era homosexual y sus ojos lo decían todo. Con la lucidez que dan los años, hoy la imagen de ese profesor junto a un adolescente me da escalofríos. Tu aprobado o suspenso marcado por ese interrogante "?"--que quizá representaba su sexualidad--dependía de esa pequeña charla íntima.

Pero a quien recuerdo con más rabia es a la profesora de dibujo. Como tantos otros profesores, puntuaba por afinidad con el alumno. La diferencia es que en otras asignaturas era tu palabra contra la del profesor porque se trataba de un examen, pero aquí yo lo podía demostrar, porque muchos ejercicios se hacían en casa.

El caso es que la profesora de dibujo tenía de enchufado a mi compañero. Yo le tenía cariño, pero el chaval no estaba hecho para estudiar y lo decía abiertamente. Se pasaba la clase relatándonos sus peleas de neonazi el fin de semana, enseñándonos sus carnet de Franco y odiando a moros y negros. Creo que acabó en el ejército. Su esfuerzo era mínimo y sus dibujos eran una auténtica chapuza, pero siempre conseguía aprobar, a veces hasta con un 6 o un 7.

Yo soy bastante malo con el dibujo, pero desde luego la diferencia en dedicación (y el resultado final) de ambos saltaba a la vista. Sus dibujos eran una chapuza hecha en cinco minutos que daba pena verlos y los míos, sin tener ningún toque artístico, eran bastante decentes.

Como decía, mi obsesión por la injusticia, ya que ambos sacábamos las mismas notas en esa asignatura--a veces él más alta que yo--me llevó a realizar dos experimentos.
  1. En un ejercicio para casa, antes de entregarlo, se lo enseñé a otra profesora de dibujo que conocía para que lo valorara y lo puntuó entre un 8 y un 9. Nuestra profesora de dibujo me lo puntuó con un aprobado (5 ó 6, no recuerdo).
  2. En otro ejercicio, le dije a mi padre (aficionado al dibujo y con muy buena mano) que lo hiciera por mí. Eran unas formas geométricas sombreadas, e hizo muy buen trabajo, a años luz de cualquier cosa que yo pudiera hacer. El ejercicio merecía un diez y hasta un ciego sabría que era imposible que yo fuera el autor (casi no me atreví ni a entregarlo). La profesora lo corrigió y le dio un notable de puntuación, algo así como un 7 o un 8.
De la universidad podría contar tres cuartos de lo mismo, pero a esas edades uno ya está más maduro, más seguro de sí mismo, hay otras fuentes de validación externas mucho más potentes que el profesor (no hablemos en la era de Internet), etcétera.

Con la profesora de dibujo y otros tantos aprendí la siguiente lección vital, cierta en tantos casos:
  1. Las personas pueden no ser justas ni objetivas de manera demostrable, aunque en eso consista básicamente su trabajo. No quiero pensar en el caso de los jueces...
  2. Muchas personas ponen por encima sus afinidades y simpatías, o simplemente su atracción sexual, a esfuerzo y resultados, o utilizan su poder y jerarquía para manipular.
  3. La mayoría de las figuras de autoridad no soportan que alguien que consideran "inferior" lleve razón o les corrija.
A veces no alcanzamos a comprender la importancia e influencia que tienen los profesores en nosotros, especialmente cuando somos niños y adolescentes. Un profesor injusto, favoritista, manipulador, puede influir en la personalidad mucho más allá del "no me gustan las matemáticas porque el profesor no sabía explicarlas".

Si el arte consiste en despertar emociones y reflexiones, desde luego los dibujos de amiga lo han conseguido. Y eso, con total seguridad, no hace falta enseñarlo.

Un saludo.

Actualización: Mi amiga, una persona muy inteligente y hábil, acaba de leer esta entrada y me ha dicho que no puede estar más de acuerdo. Me ha contado la anécdota de cómo escribió un poema a su madre como ejercicio en clase, cuando tenía 8 o 9 años. Ella dice que era precioso. El profesor dijo que era demasiado bueno para ser suyo, que lo había copiado y le hizo escribir otro, acorde a lo que se esperaba de su edad.

21 June 2015

Packlink y Zeleris: lo barato sale caro


Packlink es un intermediario que te permite encontrar proveedores para realizar tus envíos a precios supuestamente buenos. ¿Cómo funciona? Pesas y mides el paquete en casa, te metes en su página, eliges origen y destino, te calculan precios de diferentes empresas de mensajería, eliges una, pagas, y ellos se encargan del resto.

Hace timpo envié un paquete voluminoso al extranjero a través de Packlink. Pesé y medí el paquete siguiendo sus pasos. Obviamente lo hice con una báscula doméstica y un metro, pero para un paquete de más de un metro y 20Kg no debería haber mucho problema. Además redondeé por arriba en medidas y peso, por si acaso. Ya que, según su propia información, este proceso de pesado/medida es comprobado por la empresa de mensajería y, en caso de error, se reclama al cliente la diferencia más una multa para proceder con el envío. Por tanto, obviamente, nadie se la va a jugar y menos en un paquete grande. Pasaron a recogerlo y el paquete llegó a su destino. Hasta ahí, todo correcto.

Más de seis meses después, recibo un correo de Packlink diciendo que la empresa de mensajería informa de que mi paquete, según ellos, pesaba ¡55 Kg! Me informan de que el precio de enviar tal paquete correspondía casi ¡al doble! de lo que yo pagué y, por tanto, debo pagar la diferencia.

Obviamente ha debido de haber algún error, porque incluso en caso de imprecisión en las medidas al hacerlo en casa (100 gramos arriba y abajo / 1 centímetro en un paquete de más de un metro), es imposible que eso corresponda a doblar el precio por el envío. Y, desde luego, el paquete no pesaba 55 Kg.

Packlink: empresa fantasma

Me pongo en contacto con ellos y empieza a confirmarse lo temido: es una empresa "fantasma". Es decir, es básicamente un software funcionando como intermediario, pretendiendo dar la imagen de una empresa seria y razonable por detrás.

¿Por qué? En primer lugar invito a que el cliente busque un teléfono en la página una página de contacto que invita a resolver los problemas por chat. Para encontrarlo hay que buscar en Google. Llamé 5 veces y en todas las ocasiones, tras simular que todos los "agentes" estaban ocupados y tras un tiempo predeterminado, siempre el mismo, la grabación finalizó invitándome a que utilizara otros medios (chat de la página). Qué casualidad.

Utilicé el chat "live" en 2 ó 3 ocasiones, y nadie me respondió. Al parecer también todos sus "agentes" estaban ocupados. Horas después recibí unos correos electrónico simulando ser las respuestas del chat e indicándome otra dirección de correo electrónico.

En esta dirección de correo electrónico, que si fue ágil (pero sigue siendo e-mail después de todo), se me habló de que era el peso volumétrico y no el real el que se me facturó. Es decir, aunque tu paquete no pese esos 55 Kg, si es de dimensiones grandes, asumen que ése será su peso. Me envían un screenshot donde, con mis medidas y mis datos, Packlink calculó un peso volumétrico (no transparente y no declarado a mí en ningún momento del proceso) unos 6 Kg inferior al que midió/calculó el transportista.

Acudí directamente también a la empresa transportista, Zeleris, para clarificar el tema de las medidas y el peso y se lavaron las manos, redirigiéndome a Packlink.

Es decir:

  • El error es mío, no del transportista. Es su palabra contra la mía.
  • En ningún momento del proceso de envío se informa del peso real/volumétrico ni de cómo lo calculan. Es importante porque utilizando calculadoras de otros proveedores, sus cálculos no coinciden en absoluto. El sistema de cálculo de peso volumétrico que ofrece Packlink es inútil, ¿quién sabe el peso por metro cúbico de sus envíos?
  • Se me informa y reclama 6 meses después.
  • En supuesto de que el error fuera mío (que no lo es), una diferencia de ¿100 gramos? de peso  o ¿1 centímetro? en la medida de un paquete en casa (de 20Kg y más de un metro de longitud), se amplifica según sus cálculos hasta el punto de costar EL DOBLE.
En el correo de atención al cliente se pone de manifiesto (en el uso de las unidades de peso, volumen, etcétera) que no hay demasiada profesionalidad y ni siquiera entienden qué significa "peso volumétrico". En cualquier caso, como cliente no me interesan unos detalles técnicos pésimamente explicados, cuando al cliente se le piden simplemente alto, largo y ancho y el peso del paquete para cobrarle. Si hay algún error, deben hablar en el mismo idioma que me exigen a mí. Es decir, ¿dónde está el error? ¿cuánto pesaba o medía el paquete de más respecto a lo que yo declaré?

Así que, como suelen decir, lo barato sale caro. Parece que este no es un caso aislado, especialmente en el tema de atención al cliente. No quiero imaginar qué habría pasado en caso de haber contratado seguro o de pérdida del paquete...

El único valor añadido de Packlink respecto a contratar a una empresa de mensajería directamente sería su atención al cliente o su eficacia. Toda la evidencia existente en la web indica lo contrario. Mi experiencia también: lo único que he recibido por parte de Packlink ha sido una reclamación injusta seis meses después, donde no he podido hablar con nadie para resolverla o que me explique cuál fue el verdadero problema ¿el paquete medía 1 centímetro de más respecto a lo declarado? o cómo esto puede amplificarse hasta el punto de doblar el precio de un envío.

Tratar al cliente honrado como un ladrón y no ser transparente y eficaz no es la mejor forma de llevar un negocio donde lo único que puedes aportar es precisamente eso.

Saludos.

27 April 2015

Igualdad y no discriminación por sexo


El esperado día ha llegado.

Claramente ilegal en Estados Unidos por la ley de no discriminación, probablemente allí ya estaría denunciado.

Aquí está anunciado en la página oficial de la Unión Europea:

University Assistant post doc (f)

The Faculty of Mechanical Engineering and Economic Sciences announces a vacant post doc position for women with a 6 years duration of the contract.


Saludos.

P.S. Disculpas a mis lectores por el largo período sin escribir. Espero volver pronto con un nuevo proyecto.