Mucha gente me tilda de exagerado cuando les digo que me preocupa de qué hablamos los jóvenes que rondamos la treintena hoy día. ¿Acaso no es un reflejo de nuestros pensamientos?. ¿No se trata realmente de algo trascendente y no sólo de pura anécdota?.
Me cuentan que en otros tiempos se hablaba de los derechos, la libertad, las ideas, la ilusión y el futuro. Quizá fue así realmente o quizá no, pero desde luego quedan muy lejos de los temas que preocupan a los jóvenes ahora mismo. Es lógico, los tiempos cambian pero... ¿qué nos queda ahora?.
Lo económico
¿Siempre ha sido un tema tan importante o realmente todo se ha mercantilizado en exceso?. Me explico. Lo que antes constituía el ámbito privado de las personas y carecía de excesiva importancia o pasaba a un segundo plano entre las amistades ahora se ha convertido en el tema de conversación número uno. ¿O realmente el tema económico es inherente al mundo adulto?. Me preocupa que en cuanto alguien menciona un cambio en su vida, la mayoría como tema de conversación sin más y para informar a gente que le importa, comienzan la extracción de información y las comparaciones (ver el artículo "La amistad").
Pongamos por ejemplo el trabajo. Si has cambiado de empleo sólo ha de ser por lo económico o por el ansiado funcionariado, una especie de lotería o jubilación anticipada a la que todo español aspira independientemente de la ocupación de la plaza. No tardará en surgir la gran pregunta. En ocasiones de una manera tan descarada como "¿cuánto te pagan?", algo que ha pasado de ser tabú a trivializarse hasta el ridículo. Una pregunta siempre incómoda pero más aún cuando para ti carece de toda importancia la posición económica de tus compañeros y tus amistades y no entiendes por qué le conceden tanta importancia.
Tras responder a la gran pregunta, ocurrirán dos cosas instantáneamente.
En primer lugar compararán su "posición" con la tuya desde varios puntos de vista, primando el económico. Si ellos quedan en mejor situación te darán la enhorabuena con una sonrisa y te dirán "ah pues estupendo, ¿no?" y sentirán una sensación de alivio interior, como pensando "pobrecito". En cambio, si la situación es inversa, la cosa no puede ir tan bien. La reacción puede llegar a ser desde sentirse infravalorado hasta la más insana de las envidias o sensación de injusticia.
Lo segundo que ocurrirá es que, si se trata de algo a lo que las amistades también pueden aspirar y les interesa (alguna plaza por concurso, oposición, beca, trabajo a tiempo parcial, etc...), comenzará un cuestionario más exhaustivo, para obtener información de los detalles. Y no te sorprendas si en cuatro días están compitiendo contigo o incluso te han quitado el puesto, aunque sea algo tangencial a su ocupación anterior o por lo que jamás habían mostrado interés. Lo más gracioso de todo es que, si alguna vez sale el tema, defenderán que la idea ha sido suya desde siempre y tú no has tenido nada que ver. Sencillamente, habrán pasado a creérselo de verdad y te tildarán a ti de envidioso.
Lo que había sido una inocente charla inicial a compartir con los amigos, en la que esperabas compartir ilusiones, hablar de las tareas de tu nuevo trabajo, de los compañeros, de tu grado de satisfacción, etc... se convierte en una comparativa totalmente material que posteriormente pasa a ser competición. Lo mismo ocurre con tantas otras cosas: la casa, los viajes o cualquier otra cosa material, en las que inmediatamente se pregunta por el precio y se pasa a una especie de competitividad absurda que no lleva a ninguna parte.
¿Por qué nos preguntamos constantemente por nuestros sueldos, el precio del alquiler o compra de nuestras casas, de lo último que nos hemos comprado?. ¿Cómo ha pasado el tema económico (trabajo, casa, viajes...) a ser uno de los temas de conversación fundamentales entre los jóvenes?.
Me preocupa que haya tan poca gente que siga manteniendo algún tipo de hobby con entusiasmo tras la adolescencia o se aficione a alguno nuevo. ¿Cuántos amigos siguen conservando su pasión por tocar un instrumento, hacer fotografías, escribir, hacer obras de teatro, bailar...?. ¿Cuántos están interesados por la historia, la geografía, la filosofía o el arte?. ¿O simplemente por la agricultura o la jardinería?. Y, si los hay, ¿por qué no hablamos de estos temas y nos interesamos más por ellos?. ¿Por qué han perdido toda importancia y han quedado eclipsados por lo económico y material?.
Me preocupa que muchos jóvenes ya no se ocupen de sí mismos, guiándose según su intuición y preferencias, sino que midan su grado de bienestar y hagan su camino a base de compararse con los demás. No sé si responde a una sociedad donde todo se ha materializado, a que realmente los jóvenes estamos pasando por unas dificultades que antes eran mucho menores (básicamente la vivienda y el mercado de trabajo) , a una exageración del problema en los medios de comunicación o a una mezcla de todo.
Pero el caso es que lo económico ha pasado a ser, desgraciadamente, uno de los temas estrella en las conversaciones de la gente que ronda la treintena. Y, lo peor, en algunos casos fuente de rivalidad y disputas.
11 August 2008
¿De qué hablamos los jóvenes? - Lo económico
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4 comments:
El dinero es la manera mas facil de comparar el exito social. ¿Hay otro modo? Con treintaaños ya tienes que explicar a tu entorno como te va la vida y si has tenido exito en algo...
Cada vez tengo más claro el refrán que dice "dime de qué presumes y te diré de qué careces".
El "éxito social" (curioso término) me parece que está más cercano a tener una familia, una red de amigos, aficiones y un trabajo que te permita entretenerte sin robarte todo el tiempo del mundo, que a la cifra de tu cuenta corriente o el tamaño de tu casa...
Hombre agustin, yo creo que el éxito social no es una cuestión de dinero. Me parece a mi que todos pensamos en él y en como ganar más, precisamente para dormir más y mejor. Es decir, practicamos la política de "tener el suficiente" para no preocuparnos de nuestras deudas.
Medir el éxito social con el dinero es irrisorio. Hay gente que gana mucho, pero tiene jornadas de 60h/semana, o viajan todo el tiempo. Tener y no poder disfrutarlo tampoco compensa.
Existen más cosas, como la felicidad, la pareja, los hobbies. Pero claro, la felicidad parece que no solo la tenemos en momentos concretos; la mayoría de la gente no se siente así la mayor parte del día; de parejas mejor no hablar, para lo que duran... ; y de los hobbies, requieren tiempo, y por lo visto nos faltan el dinero y el tiempo. Así que claro, lo más facil de comparar numericamente es el dinero.
Que pena de vida.
Yo tengo la creencia, a lo mejor infundada de que caminamos torcidos. Si quieres tener dinero, primero recupera tu tiempo, luego la paz interior y entonces se puede pensar mucho mejor.
Saludos
Ciertamente, sí es así en la mayoría de los círculos amistosos y yo, conforme voy acercándome a la treintena (que estoy un poquito más lejos), veo que tienes razón, que apenas hay otras conversaciones; peeeeerrrrooo, estoy convencida de que no todos los círculos amistosos son así, ¡no pueden serlo! Quizás tengas que seguir buscando gente que base su felicidad en algo más que lo puramente "económico"... pero corre, porque en esta sociedad que nos bombardea con la idea de una vida acomodada, tranquila, sin sobresaltos, con casa-coche-ropa-vida segura es una especie en peligro de extinción.
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