18 December 2009

El mundo científico y el mundo ζιεντιφιχο


Cuanto más sigo de cerca el mundo tecnologico-científico, más me doy cuenta de que la mayor parte de lo que llamamos ciencia no sino la nueva religión legitimada por esta sociedad actual vacía. Y la mayor parte de los que se dedican a ella no son científicos sino clérigos o fieles, dependiendo de su posición. Es curioso porque los científicos-clérigos, supuestos conocedores de la verdad, son a su vez fieles a otros clérigos, copiando su discurso. Y así ad infinitum por la sagrada propiedad transitiva científica. A quien le interese saber más en profundidad el misticismo asociado a la ciencia, le recomiendo leer a Neil Postman y en particular su libro Technopoly: The Surrender of Culture to Technology.

Mi propósito aquí no es tan ambicioso. Sólo pretendo señalar unas pequeñas diferencias entre lo que es ciencia y lo que no lo es, por mucho que así se la denomine. La relación de la ciencia con la religión del primer párrafo no es gratuita. Ahora mismo es muy difícil distinguir al mundo científico serio de aquel que ha sido atacado viralmente por la cancamusa (nótese el magnífico empleo de meta-cancamusa). Denominaremos a este segundo mundo, mediocre y extendido, el mundo ζιεντιφιχο. El por qué de su la notación griega es obvio para los más iniciados. Para quien no, lo entenderá más adelante.


Ciencia y Método Científico

El mundo científico se rige por unos conceptos bien claros. En la Wikipedia encontramos una definición de ciencia: "el conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación y el razonamiento, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales".

Leamos qué propone Descartes en su Discurso del método:
  1. “El primero, no admitir jamás cosa alguna como verdadera sin haber conocido con evidencia que así era."
  2. “El segundo, en dividir cada una de las dificultades que examinare, en tantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su mejor solución.”
  3. “El tercero, en conducir con orden mis pensamientos, empezando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para ascender poco a poco, gradualmente, hasta el conocimiento de los más compuestos, e incluso suponiendo un orden entre los que no se preceden naturalmente"
  4. “Y el último, en hacer en todo recuentos tan integrales y unas revisiones tan generales, que llegase a estar seguro de no omitir nada."
Estos pasos fundamentales son la base del método científico, que pretende protegernos de la subjetividad en el conocimiento, según Wikipedia. La base es muy, muy sencilla. Se basa en el escepticismo. El juicio o la intuición del experto pueden servir de guía, nadie lo niega, pero para ello el experto tiene que serlo de verdad.

Un enlace muy interesante del método científico para todos los públicos está en el blog "Ecos del futuro".


El Mundo ζιεντιφιχο

¿Qué encontramos en los ámbitos científicos? Quien trabaja en ellos, lo sabe. He aquí algunas frases habituales en el mundo ζιεντιφιχο, normalmente emitidas del maestro al discípulo:
  1. "Tienes que tener fe en lo que te digo"
  2. "Tienes que creerte tu trabajo o jamás irás a ninguna parte"
  3. "Hay muchas publicaciones sobre "x", así que esto tiene que ser el futuro"
  4. "Mi colega "y" está trabajando en esto y me ha dicho que le da buenos resultados"
En la vida es difícil apartar los temas personales, la objetividad, las emociones. Pero en la ciencia es necesario. Y no es malo ni bueno. Es simplemente necesario.

Dejo aquí algunas reflexiones:
  1. No se puede manipular al investigador con emociones, modas o convicciones injustificadas o no se construirá ciencia.
  2. No se pueden colgar resultados en páginas web que no funcionan.
  3. No se pueden dejar experimentos que no se puedan reproducir.
  4. La ciencia no se puede basar en una cuestión de confianza. En algún momento hay que parar, pero se ha de tener un mínimo de criterio o no se hará buena ciencia.
El mundo ζιεντιφιχο, sin embargo, es cada vez menos exigente en estos aspectos. Podemos esperarlo en otros campos, pero... ¿en el científico?. Todos los escenarios descritos en los puntos anteriores son más que habituales.

Una técnica habitual es la ofuscación. ¿Alguna vez te has preguntado por qué se utilizan letras griegas y símbolos que marean sólo de mirarlos, pudiendo utilizar otras notaciones alternativas o incluso frases exactamente igual de descriptivas y precisas? Seré osado y responderé a esa pregunta: (i) para impresionar y dar un toque de pedantería, (ii) para confundir y despistar al personal, (iii) para llenar páginas, y (iv) para evitar que se lea (y critique) el trabajo.

Para decir de manera aislada que "la letra l aparece en la palabra p", por ejemplo para explicar un algoritmo en un campo no matemático, no hace falta utilizar lógica ni teoría de conjuntos. En la mayoría de artículos, en cambio, encontrarás farragosas demostraciones que, cuando tienes el tiempo y ganas de seguirlas, son realmente una chorrada para la que se han utilizado dos páginas. Utilizar matemáticas o letras griegas cuando no se debe no convierte a algo en ciencia, más bien lo ofusca. Pero quizá es ése el propósito, puesto que cosas demasiado obvias, simples o estúpidas sin ofuscar, pueden resultar vergonzosas para el autor. En cambio, si pones dificultades, es más difícil que te pillen.

Otra técnica habitual es la falta de originalidad. Esto se traduce en homoegeneidad. ¿Quién dijo que la ciencia y la creatividad estén reñidas? Cuando uno ve que artículo tras artículo todos siguen exactamente la misma estructura, pero con sutiles variaciones, como los deberes copiados del colegio, se aburre a más no poder. Ya puestos, las revistas de investigación podrían incluir en sus plantillas no sólo el formato sino la estructura a seguir. Eso al menos daría un toque estético a la revista.

¿Qué pensaría Descartes de todo esto, él que buscaba lo "claro y distinto", cuando hay tanta divulgación ofuscada e igual?


Problemas

Desde mi punto de vista, algunos de los problemas que han llevado a esta situación son los siguientes:
  1. La investigación la hacen los becarios. Esto es así en nuestro tradicional esquema ibérico. Lo digo alto y claro. Los jefes consiguen la financiación y los contactos, pero la investigación la hacen los becarios. Es la forma que aquí tenemos establecida. Un becario normalmente sale de la facultad sin tener ni idea. No sólo de conocimientos, sino especialmente de ciencia. Después se le exige que investigue en muchos casos sin ningún tipo de guía y presionado por su jefe, que le obliga a escribir artículos científicos para conferencias cuando todavía no tiene material suficiente ni apenas sabe qué es la ciencia. Es decir, que juegue a ser experto cuando en realidad es un completo novato. Como es obvio, los jefes no tienen ni remota idea de cómo funciona el aprendizaje. Una persona con esa forma de trabajar jamás llegará a ser un experto. Sin embargo, logrará igualmente conseguir un doctorado y ocupar una posición de jefe unos años después. Si no ha espabilado por el camino, la situación se repetirá ad infinitum.
  2. Mucha investigación se hace por méritos. Méritos económicos (sexenios de investigación), para disfrutar de viajes gratuitos al extranjero, por mera envidia con otros profesores o para cubrir alguna falta de autoestima que no alcanzo a comprender. La buena ciencia jamás sale a la luz si no es por verdadera pasión. Los mercenarios de la ciencia jamás harán ciencia.
  3. Muchas publicaciones son un negocio. Lo sabe todo el mundo, pero es lo que hay. Muchas revistas y congresos se han mercantilizado hasta unos límites ridículos. Pagas por obtener méritos. Salen hasta debajo de las piedras. Y por eso en la página web lo primero que ponen es un lugar exótico donde se celebrará la conferencia y una foto de un bonito paisaje. ¿No tendría más sentido celebrar reuniones científicas, en lugares científicos? No sé, en Cambridge, Oxford, Berkeley, Boston, Stanford...Pues no, suelen ser en las islas griegas, Canarias, Madeira... La calidad de estos congresos y publicaciones es más que cuestionable.

Como en todas las profesiones, existen sólo tres o cuatro lugares en el mundo donde se hace buena ciencia. Y algunos ni siquiera son universidades. Y recuerdo al mundo académico que todo aquello que no puede comprobarse, que no tiene utilidad, que no tiene algún propósito... no es ciencia. Ninguna buena ciencia ha salido porque alguien se sentaba en su despacho y decía: "¿qué hago ahora? Venga, a ver si me sale algo de ciencia". Si no hay inquietud no hay ciencia.

Ni se hace avanzar al conocimiento, ni al mundo. Lo único que se consigue con esta forma de hacer ciencia es que la gente que quiere hacer buena ciencia y no puede, tenga que abandonar por no querer formar parte de toda esa patraña.

Las soluciones, para otro día.

1 comment:

eulez said...

Sobre los problemas: totalmente de acuerdo. Y eso suponiendo que hay gente a la que le merece la pena hacer investigación para conseguir los sexenios, que hay gente que pasa hasta de eso. Sobre lo de los becarios, es posible que esto cambie en esta generación. La gente se habitúa a investigar y ya no lo deja, es una parte más del trabajo. Yo creo que esto mejorará a medida que los profesores mayores se jubilen.

Y sobre la ciencia en general, ten en cuenta que el proceso es global. Todo el mundo contribuye y hace lo que puede. La categoría de las investigaciones viene bien marcada por la importancia de las revistas donde se publica. Si publicas en revistas malas, no eres nadie. Y no se publica en revistas buenas si no haces cosas buenas. Eso y la revisión de pares son los que salvan un poco el sistema.