25 March 2011

Estado, autonomías y ayuntamientos


No hay día que no siga sorprendiéndome de en qué estamos convirtiendo a España. De cómo, con la cutre y desigual implementación del estado de las autonomías, hemos llegado a donde hemos llegado. Es decir, a las desigualdades ya no sólo entre autonomías (especialmente las que cuentan con régimen fiscal propio), sino también entre autonomías y el Estado.


Sector Privado

Empezando por el ámbito privado: los convenios de los trabajadores tienen diferencias sangrantes entre comunidades. Al que le apetezca buscar, verá que en algunas regiones con régimen foral y algunos convenios, el salario mínimo para el puesto de "mujer de limpieza" supera los 22.000€, el de telefonista es de 24.000 € y el de personal titulado entre 37.000€ y  44.000€. En el último convenio privado que yo trabajé, en una comunidad autónoma de segunda, el salario mínimo para un licenciado, ingeniero o arquitecto era de 17.000€. Como observación, curioso que siga existiendo un puesto que se denomine "mujer de limpieza" mientras a otros los condenan por exigir un puesto de programador (y no aclarar programador o programadora).

¿Significa esto que se gana el doble en el sector privado? En absoluto. Todo esto es de cara a la galería. Las pequeñas empresas no pueden o no quieren cumplir estos convenios, así que en el mismo Euskadi, sí, ese Euskadi que se vende como emprendedor, cumplidor y honrado se recurre a lo mismo que en todas partes: contratación como un puesto más bajo, contratación a tiempo parcial pero con jornada completa real, pago en dinero B, etc...

Y, por supuesto, aunque en algunas empresas puede ganarse un poco más que en otras partes (como ocurre en Madrid o Barcelona), hay también, como en todas partes, una mafia de empresas que utilizan a titulados a bajo coste para financiarse sin ningún pudor. Especialmente en el sector informático.


Sector Público

En el sector público, cuanto más local es el puesto, más se gana. Un becario de un Gobierno autonómico gana más que uno del Ministerio. Un funcionario del ayuntamiento o del gobierno autonómico gana más que uno del Estado. En algunos lugares (como Euskadi), la diferencia puede ser escandalosa. Un ingeniero que trabaje para Puertos del Estado, por ejemplo, vive mucho peor que un técnico de FP trabajando para el Gobierno Vasco o la universidad. Me han llegado informaciones de primera mano de que un técnico de universidad, con titulación mínima de FP, de esos que mantienen las salas de usuarios e instalan el sistema operativo en los despachos, etc... puede entrar cobrando 36.000€ al año.

Y en el sector público tienen otra ventaja. Los puestos antiguos, que entraron cuando la locura del euskera no se había instalado todavía, tienen derecho (y así lo hacen) a "liberarse" para ir a practicar euskera. De manera que no es raro llamar a alguna secretaría y que te digan: "es que el compañero no está de 10 a 12 porque está liberado por euskera". Y en Euskadi, como en todas partes, algunos trabajadores públicos se lo montan para sortear la mañana de café en café, así como para fichar de manera irregular para que compute tiempo cuando no están trabajando.

Todo esto ocurre en Euskadi. El mismo Euskadi donde la mayor parte de la gente cree (porque es una cuestión de fe transmitida), que los andaluces son unos vagos y estafadores que sangran al país (una tontería mayúscula puesto que Euskadi no reinvierte sus impuestos en España).

Policía

Pero todo esto de hoy venía a raíz de una noticia acerca de la policía. ¿Se han parado ustedes a comparar las diferentes policías? ¿Nacional, Guardia Civil, Autonómicas, Municipales? ¿Sus salarios y sus equipamientos? ¿Sus responsabilidades?

La Ertzaintza conduce Volkswagen Passat, y a la policía municipal de San Sebastián Volkswagen Golf y Toyota Prius. La sede de la Ertzaintza casi a pie de playa en Ondarreta y la de la policía municipal en un tranquilo recinto entre la universidad y un barrio de lujo. Ambas con edificios modernos.

La Policía Nacional está alojada en un barrio antiguo, con un edificio que tiene décadas, sin renovar y en lo alto de una montaña. De la Guardia Civil para qué hablar. Todo lo que la rodea es decadente.

Y sin embargo, en todas las noticias que leemos y vemos, es la Guardia Civil y la Policía Nacional quien acaba haciendo el trabajo sucio.

Si hacemos un cruce entre policías y autonomías, la cosa es para llorar. En Euskadi se pueden leer las siguientes noticias, todas recientes y en plena crisis:


Y todo el artículo ha surgido de la siguiente noticia que leído hoy en un periódico de Aragón: "Los recortes obligan a los policías (nacionales) a comprarse el chaleco antibalas y a usar coches de hace 20 años".

Ahora que venga alguien y me lo explique.

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