02 February 2012

Revisión de la revisión


Hablé sobre el valor relativo de los revisores aquí y aquí. Todo ello vino motivado porque recientemente me tocó un "revisor cabrón". Este revisor, que se puntuó a sí mismo como un máximo experto y otorgó un -3 ("strong reject") a mi propuesta, causó que mi propuesta pasara de aceptable (balance positivo según los otros tres revisores) a estar "en la frontera", porque un "strong reject" siempre pesa mucho y rara vez se dan "strong accepts" que los contrarresten.

Finalmente, bien por su opinión o por haber muchas propuestas mejores, la mía fue finalmente rechazada. Para dar solidez a su rechazo, dicho revisor rebajó artificialmente la puntuación de apartados objetivos que habían sido bien valorados por los demás (formato, adecuación del tema a la conferencia, etc...) y en otros más debatibles apuntó excusas basadas más en su opinión que en la evidencia. Eso cuando aportó alguna razón.

Al no estar de acuerdo con tan injusto trato, envié un correo de "queja" a la chair de la conferencia, educadísimo y muy proactivo, solicitando más feedback de los revisores, sin ningún tipo de prisa, para poder mejorar mi propuesta en un futuro, pero sin ningún ánimo de que la reconsideraran reconociendo yo mismo que  las que habían seleccionado eran de gran calidad. El único objetivo era obtener algo más de información detallada, especialmente del "revisor cabrón", ya que era el más experto de todos, y el que había rechazado fulminantemente mi propuesta. Aparte, obviamente, de intentar denunciar a este tipo de revisores que tanto daño hacen, porque la verdad es que ya vale. Que jugamos a ser serios y a veces las revisiones parecen una rabieta de un niño cabrón.

Este correo fue reenviado por la chair a los revisores y ¿saben cuál fue la respuesta del "revisor cabrón"? Se disculpó por no tener tiempo para poder dar más detalles de su rechazo o poder aportar alguna otra sugerencia.

Ahí quedó todo el proceso de selección científica del que tan orgullosos estamos. Un proceso que sigue dependiendo enteramente  de personas que pueden ser buenas o pésimas profesionales, tener más o menos ganas, sus intereses personales, o sus días mejores y peores.

Si a eso juntamos el anonimato del revisor (pero generalmente no del revisado, que en cualquier caso al final siempre se acaba sabiendo) y que ellos mismos se valoran su nivel de "competencia" al hacer las revisiones, decir que el proceso de selección es "científico" resulta harto complicado para un científico.

Creo que un proceso de revisión no anónimo sería lo justo. En otro caso siempre se puede hacer un mal trabajo y/o escurrir el bulto con total impunidad. Como en este caso.


No comments: