26 June 2020

Estados Unidos, George Floyd, y el Coronavirus


No sé cuál es su experiencia, pero desde pequeño yo siempre he percibido un sentimiento contrario a Estados Unidos, que no ha hecho sino magnificarse con la edad. Quizá hay matices entre países y bloques, pero en centroeuropa es muy claro y bastante brutal. Los temas que siempre se mencionan son: el mal sistema sanitario y educativo, la posesión de armas, el uso y abuso del coche y el mal transporte público, la comida rápida, la dejadez con la ecología, etc... Un país que te dejará tirado a la primera de cambio. Apenas he oído a nadie decir una cosa buena de Estados Unidos, a pesar de que allí he conocido muchísima gente alegre, autónoma y optimista, he respirado el aire más puro y visto los paisajes más impresionantes y variados.


Europa, en particular Alemania (de donde proviene la retórica, claramente marcada por una guerra muy reciente) es, sin embargo, el paraíso terrenal. Un estado fuerte que te proporcionará todo lo que necesites y cuidará de ti hasta el fin de tus días, donde acabarás como un feliz y acaudalado pensionista viajando en moto por los estupendos viñedos del sur de Alemania. Apenas he oído a nadie criticar a Alemania, a pesar de que allí he conocido muchísima gente malhumorada, dependiente y pesimista, he respirado el aire más contaminado con su industria y sus coches diésel trucados, y he visto repetirse aburridos y monótonos paisajes una y otra vez.

Con el tiempo uno se da cuenta de que ambos sistemas representan, en esencia (y llevados al extremo), dos formas de ver el mundo. Estados Unidos representa lo que ellos llaman self-reliance ("hacerse a sí mismo/ser independiente"), la libertad y economía de libre mercado, mientras que Alemania/Europa representa el estado del bienestar, donde el estado se encarga de ti a cambio de que le cedas ciertos bienes y libertades y te rindas ante él.

No voy a entrar en cual es mejor ni peor, ya que es un debate eterno (y hasta cierto punto, aburrido) pero sí he podido ver cómo la vieja Europa sistemáticamente imita, copia, y va a la zaga de Estados Unidos, para bien o para mal. Y eso supone un problema porque no somos Estados Unidos.

El ejemplo más reciente es el del famoso vídeo de George Floyd (que ni he visto, ni veré) y en todo lo que ha derivado. Temas y resentimientos que tienen bastante poco que ver con nosotros, como la esclavitud muy reciente y la existencia de discriminación racial en la ley y espacios públicos hasta ¡mediados de los años 60! llegan a la vieja Europa como si fueran nuestros.

Ahora asistimos a un espectáculo deplorable donde se debate si las galletas Oreo o los Conguitos son racistas, si hay suficientemente número de mujeres negras en el campo científico, mientras los jóvenes siguen teniendo que emigrar para encontrar un trabajo decente o realizarse profesionalmente. Donde una profesora de Cambridge públicamente dice que la raza blanca debe desaparecer y no sólo es defendida por la universidad sino ascendida a "Full Professor". Donde una persona y su mujer son despedidas de sus trabajos por volar con un avión y el signo "white lives matter".

Hace dos o tres meses, el mundo iba a colapsar ante una pandemia mundial sin igual, no se hablaba de otra cosa día tras días, hora a hora.

Hoy ese problema ya no existe, y la siguiente amenaza es el racismo y la supremacía blanca.

¿Qué será lo siguiente?

3 comments:

Gallego Rey said...

Qué alegría me da volver a encontrar escritos de usted en el blog. Llevo años entrando cada X tiempo para ver si me encontraba con alguno de sus artículos, siempre bien fundados. Hoy me he llevado una alegría.

Betawriter said...

¡Muchas gracias Gallego Rey! Se agradecen comentarios así. Saludos.

Gallego Rey said...

No hay de qué. Entiendo que todos tenemos nuestros ritmos y prioridades. Pero nunca sobra leer artículos claros e inteligentes que aportan luz a este mundo de tinieblas que estamos creando.