¿Recuerdan que Ferrán Adrià hizo ciertos comentarios sobre cocina, ciencia, investigación e inversión y metiéndose en camisas de once varas? Recientemente Arguiñano también ha utilizado su programa de cocina también para "opinar" sober ciertas cosas.
Yo reconozco que me pierdo. Arguiñano arremete contra los recortes públicos en educación, lo cual es muy loable. Pero, a su vez, es co-fundador, junto a una universidad privada y otros compañeros cocineros elitistas de la zona, de una Fundación a la que el ex-Ministerio de Ciencia e Innovación concedió 7 millones de euros de manera directa en el BOE.
Esa subvención (proveniente de un Ministerio que toda la vida había sido el de Ciencia y Tecnología) se justificó en base a que el objetivo de la fundación era "promover las ciencias gastronómicas (?)", "la investigación", "la difusión del conocimiento", y demás eufemismos.
¿Cuál es la realidad? Que el Basque Culinary Center ha logrado convertir un programa como éste (con asignaturas como "sensorialidad") en un título universitario de grado en toda regla, donde muchísimos de los créditos se obtienen a base de hacer "prácticas externas" (¡más de 1000 horas!) en "restaurantes y empresas alimentarias de primer nivel". Cualquiera que haya hecho prácticas en empresa sabe lo que eso significa, especialmente cuando se adereza con "de primer nivel". Y todo esto, a 8.240€ por curso la matrícula.
Pero, es que el colmo de los colmos, no se lo pierdan, el grado que se obtiene con esos estudios, subvencionados en buena parte ya digo por un ex-Ministerio de Ciencia, se llama "Grado en gastronomía y artes culinarias".
Artes, ciencias, público, privado, universidades, formaciones profesionales, empleo, prácticas... yo me sigo perdiendo. Pero coincido con Karlos en que, efectivamente, tenemos un grave problema con la educación en este país. Con recortes o sin ellos.
Saludos.
30 May 2012
Arguiñano, la educación, las artes y las ciencias
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