Hace tiempo que vengo siguiendo con mucho interés el movimiento escéptico que tan de moda se ha puesto recientemente en España, con sus webs, sus programas de televisión, sus colaboradores y blogs habituales.
Salí un pelín defraudado viendo que nos hemos limitado a copiar. El programa "escépticos" se parece demasiado a la larguísima labor documental realizada por Richard Dawkins en sus últimos años a favor de la razón y en contra de las religiones y los embaucadores de todo tipo. Las reuniones de "escépticos en el pub" provienen del "skeptics in the pub" inglés, donde ni siquiera se han rebautizado como "escépticos en el bar", y se acompañan de un rico caldo de la tierra y una tapita, en vez de una insulsa cerveza. ¿No se parece también demasiado el título de la revista Amazings al Amaz!ing Meeting, que ni siquiera aparece mencionado en el "quiénes somos"?
Bromas aparte con el tema de las cervezas y los vinos, he encontrado cosas preocupantes en esta adaptación hispánica. La primera, es que algunos se esconden un poquito en la manga que están copiando el modelo de forma casi calcada, como los shows de suicidio homeopático. Eso nunca me ha gustado. Todo buen científico y divulgador lo primero que debe hacer es referenciar, explicar e incluso elogiar el trabajo previo y, a partir de ahí, desarrollar su idea o su versión. En algunos casos, este neomovimiento escéptico hispánico, no ha hecho mucho esfuerzo por aclarar que no se trata de una iniciativa precisamente original, y no lo pone fácil al neófito para identificar las fuentes originales de las que bebe. Es cierto que sí se elogia y referencia a grandes figuras (James Randi, Richard Dawkins....) pero ¿por qué hay tanto miedo a decir que ciertas cosas (formatos, temas, etc...) se han copiado literalmente y poner un enlace a la versión original? ¿Es porque tenemos miedo a que sea mejor que la nuestra?
Pero el tema más preocupante es que, tal y como nos gusta aquí el corporativismo, la jerarquía y el compadreo, he vuelto a ver que ese círculo escéptico acaba siendo usado como un anillo de poder, entre gente muy cualificada, pero también gente con muy pocas credenciales o aportaciones, aunque sí con muchas ganas y energía para gustar y encajar con el movimiento. Pocas veces he visto debates y críticas entre sus miembros, y sí mucho sobreproteccionismo entre gente "del círculo" con dudosas ideas y mejorables modales, así como mucha pérdida de tiempo con gente que se ve a la legua que únicamente viene a buscar jaleo y no a aprender o resolver dudas.
He visto también mucha, demasiada coincidencia acerca de "lo que se debe pensar y opinar". Y es que es bien cierto que ante la ley de la gravitación universal quedan pocas dudas, pero no ante otras cosas y asuntos que desconocemos y donde investigar más debería ser bienvenido, y no vetado. Se me ocurre, por ejemplo, el tema de las ondas electromagnéticas, los campos de alta tensión, o los transgénicos.
Si bien es cierto que hay muchísimos argumentos que parecen indicar que, tal y como las estamos utilizando ahora, ondas y campos de alta tensión son inocuos para el ser humano, y que en muchos casos los transgénicos salvan y mejoran las vidas den vez de destruirlas o estropearlas, eso no debe impedir investigar o realizar estudios para resolver preguntas interesantes cuyas respuestas no conocemos. O incluso, en otro plano impedir hablar, debatir o poner límites a las implicaciones que conllevan ciertos avances o ciertas técnicas, sólo porque existe una doctrina escéptica oficial al respecto no es sano, ni científico, ni democrático, ni ético, ni es nada.
Lo que ya me pareció rizar el rizo fue encontrar que también hay webs y redes para escépticas (skepchicks) que toman una nueva dimensión: "promover el escepticismo entre las mujeres del mundo". Revisando algunos de los artículos, temas y comentarios, aparecen demasiado habitualmente cuestiones morales y de opinión, que acaban en ataques personales entre cerdos machistas y feminazis, que todo el mundo acaba alimentando con gusto.
Si sirve para crear nuevas diferencias entre hombres y mujeres o resaltar las ya existentes, o para etiquetar artículos con tags como "feminismo" e intentar dotar de más cientificidad a artículos que utilizan una hipotética violación como estrategia para captar la atención al más puro estilo "Cosmopolitan", habremos dado otro paso atrás.
En definitiva, la iniciativa de promover el pensamiento escéptico (aunque yo preferiría que hubieran hablado de pensamiento crítico) es muy buena, muy sana, a pesar de ser copiada, a veces calcada. No hay nada malo en copiar, aunque unas referencias básicas a los documentos y formatos originales, así como una pequeña adaptación a nuestro contexto no hubieran venido mal.
Pero, tengamos cuidado. En el momento en que el "escepticismo" se convierta en una "nueva religión", con sacerdotes y con seguidores con vacío espiritual que acuden porque allí han encontrado su lugar, se corre cierto peligro de desvirtuar la idea original, que es precisamente aprender a pensar por uno mismo, ser escéptico, aprender a debatir y no copiar modelos.
Lo que está claro es que, desde hace tiempo, disfrazar algo de "científico", o montarse el garito "escéptico" sirve para atraer clientela de todo tipo. Para darse ese aire de autoridad, grupal, que tanto necesitamos.
Pero ojo, a los que les gusta etiquetarse de escépticos, aplíquense el cuento: ser escéptico es llegar hasta el final. Es ser escéptico con quien se vende o etiqueta como escéptico a sí mismo, o con el establishment escéptico. O, mejor dicho, especialmente con ellos.
Saludos.
28 May 2012
Estimados y estimadas escépticos y escépticas
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2 comments:
Bastante acorde con tu comentario, el escépticismo como una duda es algo inherente al ser humano. Pero habría que puntualizar las diferencias entre los diferentes tipos de escepticismo. Pues debe quedar claro que en el caso de los llamados escépticos científicos provienen de las ideas de Paul Kurtz en su mayoría con aderezos de Carl Sagan, James Randi, Martin Gadner, Mario Bunge entre otros mas recientes como Hitchens, Pinker, Dawkins...
La idea es que se trata de un escepticismo mediático, ya Carl Sagan había advertido una vez sobre esto:
El CSICOP (Ahora CSI) es imperfecto. En algunos casos, esta crítica está justificada hasta cierto punto. Pero, desde mi punto de vista, el CSICOP cumple una importante función social: como organiza ción conocida a la que
pueden dirigirse los medios de comunicación cuando desean oír la otra parte de la historia, especialmente cuando se decide que alguna afirmación asombrosa de pseudociencia merece salir en las noticias.
Aunque elogiaba dicho organismo queda en claro que:
Y, sin embargo, la principal deficiencia que veo en el movimiento escéptico está en su polarización. Nosotros contra Ellos, la idea de que nosotros tenemos un monopolio sobre la verdad; que esos otros que creen en todas esas doctrinas estúpidas son imbéciles; que si eres sensato, nos escucharás; y si no, ya no hay quien te redima. Eso es poco constructivo. No comunica ningún mensaje. Condena a los escépticos a una condición permanente de minoría; mientras que una aproximación compasiva que reconozca desde el principio las raíces humanas de la pseudociencia y la superstición podría ser aceptada mucho más ampliamente.
Lejos de ser algo útil, el escepticismo científico se ha convertido en un negocio bastante redituable, que involucra una serie de multinacionales (SAS, CSI, Cfi) y filiales nacionales (Círculo escéptico, ARP). Que no aportan realmente algo nuevo al propio movimiento, se han enfrascado en las misma estructuras de los años 80 a pesar de haber sido muestra de la crisis dentro de su movimiento (Marcello Truzzi, Richard Kammer, Paul Kurtz (no del todo)...) por la corrupción, la polarización, la violencia y la falta de rigurosidad en sus investigaciones contra lo paranormal(como algunos científicos han descrito).
Muchas gracias por tu aportación M.
Saludos.
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