Se va confirmando la teoría de que España acoge, protege e incluso enaltece a la peor escoria. No sólo políticos y banqueros quedan impunes. La pena de cárcel máxima efectiva en España son 40 años, cosa que no ocurre en ninguno de los países europeos en que nos fijamos y a los que queremos parecernos. Allí existe la cadena perpetua, y apelan más por la responsabilidad y la vigilancia especial de personas que suponen un peligro para la sociedad. La reinserción está muy bien, pero los ciudadanos establecieron un contrato social y pagan más de la mitad de su sueldo a cambio, mayormente, de seguridad, estabilidad y protección, no para ser especialmente cariñosos con quienes les volaron la cabeza. El tema es debatible y complejo, sí, pero que levante la mano quien quiera estar en el lado de las víctimas.
Un tío mata a sangre fría a dos personas, lo reconoce y un tribunal popular lo absuelve, y el tío se fuga. ¿Pistas? Los muertos eran ertzainas y el juicio se celebró en la Audiencia Provincial de Guipúzcoa. Dijo ser y no ser de ETA a conveniencia.
Una chica con unos cuantos asesinatos a sus espaldas queda libre tras 18 años en prisión y, por cuestiones legales, Estrasburgo solicita una indemnización por daños morales de 30.000 euros para ella, aunque ella debe más de 6 millones de euros en indemnizaciones por responsabilidad civil a las víctimas de las que entiendo se ha hecho cargo el Estado de momento. O sea, usted y yo. Su condena de 3000 años de cárcel se convirtió en 18 efectivos.
El famoso de Juana, con decenas de asesinatos en su haber y sin arrepentiemiento, también cumplió 18 en la cárcel y hoy da lecciones de derechos humanos. Busquen su historial y hagan cuentas: le salió a menos de un año de cárcel por asesinato. Se ahorró 12 años de prisión por buen comportamiento y matricularse en la UNED sin aprobar ninguna. De Juana también debía más de 8 millones de euros en indemnizaciones a las víctimas. Es más, recuperó la casa donde vivía, compartiendo portal y ascensor con una víctima de ETA, y barrio con dos viudas a cuyos maridos también asesino ETA. Ahí es nada.
A los presos les costaba 19 euros matricularse en la universidad, pero no podían hacerlo en la Universidad del País vasco por algunas irregularidades pasadas. Ahora "reclaman" poder estudiar en la Universidad del País Vasco, justificando que las demás no lo ofrecen en euskera, entre otras variopintas razones, y se ha dado el visto bueno. Me gustaría ver quién y a qué precio pagan la matrícula. A una persona corriente y moliente, y antes de la subida de tasas, un primer curso de grado (60 créditos) les costaba más de 1000 euros en muchas carreras. Las becas a estudiantes se retiran si no hay un mínimo de créditos aprobados, un mínimo bastante duro, y se están endureciendo los requisitos para mantenerlas y otorgar nuevas. Las segundas y terceras matrículas se castigan con precios más altos. A de Juana, insisto, le bastó con matricularse en la UNED y no aprobar ninguna para que eso se añadiera a su "buen comportamiento" y convalidarlo por 12 años de prisión.
Hoy leía a una persona inteligente y muy moderada, lector habitual de este blog, publicar en una red social, irónicamente: "la violencia empieza a estar justificada" por la subida de sueldos de algunos de los que más ganan, después de lo que nos están vendiendo y de los recortes a los paganos. Sensación que cada vez más gente comparte, porque esto está llegando a un punto en el que se está no sólo robando sino diretamente insultando y riéndose del "buen ciudadano", que es precisamente el que mantiene todo esto en pie.
Unidas a todas estas sensaciones, ¿pueden imaginarse por un momento las que deben de tener las víctimas del terrorismo, o de los asesinos, o de alguien que haya sido ajusticiado en general? ¿Que la vida de uno de los suyos, destruir una familia y entorno completo, cueste menos de un año en prisión (a más muertos, más barato), no paguen la indemnización, y encima les den lecciones de derechos humanos, matrícula gratis y anden exigiendo derechos?
Cada vez estoy más convencido de que la tesis del libro de Daniel Montero, "el club de los pringaos", de que este país ha vivido de acoger a lo peor y sus capitales, que otros países democráticos no quieren ver ni en pintura, es completamente cierta.
Lo más triste del asunto es que, si leen los comentarios de los periódicos, conocen determinadas asociaciones o simplemente charlan en el bar con el personal, encontrarán a muchísima gente que justifica y defiende a unos y a otros, repitiendo la basura gregaria que han venido escuchando desde niños, que justifica y apela a los derechos de mí y los míos, pero deshumaniza y despoja de razones válidas a los demás.
De ahí, y no de otro lugar, vienen estos lodos.
Saludos.
12 July 2012
Más noticias. ¿Acogemos a lo peor?
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