14 February 2013

Gente floja. Real y virtual.


Llegan momentos en la vida en los que hay que tomar decisiones serias. Dónde estabilizarse, dónde tener y criar hijos y ese tipo de cosas que tantos quebraderos de cabeza dan. Los factores fundamentales para la decisión los sabemos: allí donde haya trabajo y una vivienda asequible.

Pero, ¿qué ocurre si asumimos que el tema del trabajo y la vivienda ya lo tenemos más o menos resuelto? Ya adelanté en otro post que hay otras muchas razones para marcharse de aquí: cuando mucha gente trata mal a los demás, cuando te consideran un estafador por decreto, etcétera, te planteas muchas cosas.

Y me ha agradado ver que, hablando con varios amigos que hacía tiempo que no veía, me han confirmado todo esto sin que yo siquiera sacara el tema. Que tener vivienda y trabajo no son garantías de nada. Y me han pintado una realidad tan negra como yo la veía, o incluso más, puesto que yo he estado deliberadamente apartado de esa realidad por un tiempo.

Por ejemplo, a una amiga quiere mejorar las cosas con verdadera ilusión en su trabajo la maltratan, le ponen trabas, la apartan, la consideran una trepa. Me planteaba que, a estas alturas de la vida, lo único que ya pide en un trabajo es que la traten bien. Nada más.

Otra amiga trabaja en una administración donde algunos jefes tienen sus negocios privados paralelos y pasa lo que todos sabemos. Se dedican a sus negocios privados en horario de trabajo público y desvían recursos públicos directa e indirectamente a su bolsillo. Qué les voy a contar que no sepan. Me contaba que lo único que pide ya, también a estas alturas, es que no la mezclen con los corruptos en sus proyectos. Que no la obliguen, encima, a formar parte del sistema putrefacto. Veremos en qué acaba la cosa.

Ambas situaciones son más que suficientes para querer marcharse, por mucha vivienda y trabajo que se tenga.

Pero, demos un paso más. ¿Y si tienes vivienda y un trabajo medianamente decente? ¿todavía puede haber más razones para querer marcharse?

La respuesta es: rotundamente sí. Y unos amigos lo resumieron de esta particular forma: "estamos planteando marcharnos de donde vivimos porque la mayoría de la gente del entorno es muy floja".

Con gente floja se referían a gente cuyo máximo objetivo en la vida es comprarse un coche y tuneárselo, emborracharse, ver el fútbol y poco más. Gente con pocos estudios. Un entorno y un nivel que acaba cerrando la mente, creando gente sin aspiraciones, sin esperanzas, completamente a expensas de las circunstancias de cada momento. Gente sin recursos intelectuales, gente dependiente, gente que no sabe pensar por sí misma, que pica en todos los anzuelos.

Y en éstas andan, pensando si se quedan o se van, y a dónde. Y lo hacen a pesar de que aquí tienen vivienda y trabajo, y empezar de nuevo resulta muy difícil.

Y en Internet, ¿qué?

Uno puede trasladarse a otro sitio pero ¿qué hacemos con el ciber-espacio?

La gente floja también nos rodea en Internet: deja comentarios en los periódicos, en nuestro Facebook, en nuestro Twitter, en las páginas que visitamos, pica en todos los titulares sacados interesadamente de contexto.

¿No se han dado cuenta del patrón que sigue el ciber-espacio? Alguien dice una burrada (un político, un empresario...) y sale en titulares. Es la noticia del día y el entretenimiento del españolito medio es debatirlo y comentarlo por Internet, preferiblemente linchando al afortunado de turno. De vez en cuando aparece un defensor de la causa y se monta un pifostio de escándalo entre unos y otros.

Hasta ahí, típico marujeo llevado al plano internetil, de acuerdo.

Pero el problema gordo es el siguiente. Llega un momento en que se aporta una pequeña anécdota o se saca una declaración de contexto (lo que en cristiano se llama sesgo o manipulación) y también se convierte en titulares. Y se sigue el mismo proceso. Se crucifica a esa persona, a su entorno, a su partido, a todos los partidos, al sitio donde nació, a todos los que tienen su color de pelo, y hasta a su santa madre si hace falta. Entra alguien a intentar explicar las cosas en su contexto y a dar el mensaje completo y también es crucificado y automáticamente categorizado como "uno de ellos".

¿Por qué? Porque no hay capacidad de crítica, de pensamiento, ni de debatir sobre ideas, sino sólo gregarismo y linchamiento personal.

Esto ocurre todos los días. El último ejemplo más o menos reciente han sido las declaraciones de Toni Cantó acerca del tema de los toros. Si a un alumno de secundaria le pusieran como deberes hacer un brevísimo resumen del vídeo, diría algo así:

"UPyD votará en contra de prohibir las corridas de toros, pero también de subvencionarlas. Toni Cantó insta a que no se utilicen los toros como arma política y a tratar en profundidad nuestra relación con los animales. Aunque los animales no tengan derechos, puesto que son un invento humano, Toni Cantó se preocupó por cómo limitar su sufrimiento en todos los ámbitos, también en su utilización como alimento, en experimentación científica, o como mascotas, porque eso nos hace más humanos".
Sin embargo, como saben, el titular de ayer en muchos medios fue de este calibre: "Toni Cantó dice que los animales no tienen derecho a la vida ni la libertad".

Y detrás de ese titular y esa declaración sacada de contexto, una retahíla de descalificaciones, insultos, etcétera, que ocuparon el entretenimiento de buena parte del día.

Un día más lleno de gente floja sin nada mejor que hacer. Gente floja que seguirá dejando que otros le digan quién es bueno y quién es malo, que le digan a quién tiene que votar.

Saludos.

3 comments:

Gallego Rey said...

Hace un cierto tiempo que he dejado de lado casi todo lo relacionado con internet, a todos los niveles. En mi vida cotidiana no puedo evitar toparme con gente "floja", así que capeo el temporal como buenamente se puede, pero en lo demás, la verdad, con salirse del mapa basta. Lo triste es eso, tener que salirse del mapa, aunque para lo bueno ya estáis gente como tú que de cuando en vez nos regaláis perlas para leer y reflexionar. Saludos.

LifeBalance said...

Te recomiendo la película Idiocracia.

Y además de ella, recuerdo que leí hace algunos años un libro de alguien bastante perspicaz que venía a decirte que la mayoría del mundo es idiota. Y que los inteligentes suelen pensar que los idiotas son una minoría y que la mayoría de la gente es racional. Mediante datos demostraba que no era cierto.

De hecho, ¿cuando ha dicho la naturaleza que la inteligencia es necesaria para sobrevivir? Tal vez hemos superado el umbral de inteligencia lo bastante alta como para que podamos sobrevivir todos.

Otra cosa es que la media sea baja, o que te rodee personal patético, pero es que, te repito que la mayoría de la gente es idiota.

Yo lo asumí hace algún tiempo, pero de vez en cuando me toca decirmelo a mí mismo.

Saludos

Natalia said...

Me siento muy indentificada con tus palabras.
Y cuando careces de la determinación suficiente para tomar una decisión tan rompedora, compruebas que estás condenado (o tal vez te condenes tú mismo) a la soledad.
Yo hace tiempo que llegué a esa conclusión, y creo que lo he asumido, o me he resignado a ello.