16 July 2012

Mis dos céntimos sobre Iñaki Anasagasti


Vean cómo respondió en Twitter Iñaki Anasagasti, cuando Pérez-Reverte cargó contra la clase política y preguntó para qué servían 390 senadores "con la brillantez media y la eficacia política de un Iñaki Anasagasti, por ejemplo", entre otras críticas a la clase y organización política española.

Iñaki Anasagasti, recordemos, es un venezolano que no siguió lo que exige a los demás: no se integró ni conoce a fondo la cultura venezolana, no domina los giros y el acento venezolano. Es más, su familia decidió vivir aislada en su reducto e incluso consideró que no debía educarse allí. Recordemos cómo hoy un ayuntamiento gobernado por su partido, (fundado desde el racismo, ultracatolicismo, derechismo, machismo y xenofobia) buzonea acerca de la sensibilidad "de transmitir el euskera de generación en generación", aunque la campaña va precisamente destinada a gente cuya lengua no es el euskera (tanto vascos castellano hablantes como, la mayoría, emigrados de otras provincias y otros países), y por tanto no es algo que tengan que transmitir de generación en generación, sino más bien inocular. Por cierto, señor Anasagasti, no sólo usted no hizo en Venezuela lo que predica hagan los demás, sino tampoco lo hace en su amada patria: ¿qué tal anda de euskera?

Una característica de nuestros mejores políticos es que nunca predican con el ejemplo, y otra que nunca tienen oficio alguno conocido fuera de todos sus escarceos y cargos políticos, como ocurre también en este caso. Su máxima labor y contribución a la democracia, a esa que él dice defender, consiste en vomitar críticas a todo lo que suene a español, especialmente desde su blog, mientras cobra del bolsillo del estado, aunque utilice fuentes falsas y chorradas varias que circulan por internet, sin dedicar ni 10 segundos a verificar la veracidad o la fuente original. Imagínense las decisiones políticas que podido tomar este mequetrefe, si es que alguna vez tomó alguna.

Otra característica más de la casta es la coherencia. Mientras ustedes leen la bilis vomitada por Iñaki Anasagasti acerca de todo lo relacionado con España o con la familia real y les da lecciones de democracia, este señor ha trabajado en Madrid y una buena parte de sus ingresos ha venido de una institución a la que el defiende a capa y espada como democrática pero que, sin embargo es cien por cien española, de origen real y siempre ha estado representado por la nobleza, jerarquías eclesiásticas y representantes de la alta administración. De hecho fue rechazado por la Segunda República Española, y actualmente su función real es la de hacer de centro de día de políticos caducados.

Iñaki Anasagasti es otro caradura más, miembro de la casta intocable, a quienes el club de los pringaos mantenemos de nuestro bolsillo. Y algunos hasta con gusto.

Por cierto, que haciendo cálculos facilitos, y para que vean de dónde se ha venido sacando la financiación para mantener a tanto golfo, hoy sale publicado en la prensa la bajada salarial real que han sufrido los funcionarios desde 1982: un 41,8%.

Los 3 céntimos de Anasagasti

Iñaki dijo a Pérez-Reverte que si tan descontento estaba, que quedaría con él para devolverle los 0,0001 céntimos que, según él, le paga. No sólo anda mal de lenguas, justito de ortografía, utiliza fuentes falsas, sino que tampoco sabe matemáticas: 0,0001 céntimos son 0,000001 euros. Multiplicado por la población de España son 47 euros. Aunque quizá se ajuste más al valor real de las aportaciones de Anasagasti durante su carrera (¿una jugada del subconsciente?) mucho me temo que no es eso lo que ha cobrado del erario público.

Haga usted mejor las cuentas, señor Anasagasti: redondeando y haciendo cálculos toscos y sencillos, suponiendo que desde 1980 cuando comenzó como diputado usted ha estado cobrando unos 47,000 euros anuales de todos nosotros, en estos 30 años nos debería usted 3 céntimos a cada uno. Los cálculos son toscos y seguro que no certeros, pero por ahí andaremos en orden de magnitud. Una diferencia de 6 órdenes de magnitud de error entre la realidad y el cálculo de Anasagasti. No está nada, nada mal.

Hasta aquí mi opinión rápida: mis dos céntimos sobre Iñaki Anasagasti. Aunque mi opinión no valga más de dos céntimos, como usted nos debe 3 a cada uno, ¿cuándo y dónde quedamos para que me devuelva el céntimo que me debe?

Saludos.


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