30 September 2012

¿Cuál es tu mission statement? Porque yo lo valgo


Un mission statement es algo que por aquí se conoce poco, pero en otros lugares (e.g., USA) es la norma y no la excepción. Es algo así como la misión, la meta, la razón de ser de una organización (de cualquier tipo), reflejada por escrito. Por ejemplo, recuerdo que para un instituto que conocí bien, era la siguiente:

"Promover entre los estudiantes el deseo de aprender, y enseñarles las habilidades necesarias para que funcionen de manera competente en una sociedad global cada vez más compleja."

Por estas tierras esto puede sonar un poco chorras, pero eso suele ocurrir porque los que escriben el mission statement se lo toman a cachondeo, porque se hace sin pensar demasiado, porque no tienen ninguno o directamente porque no creen en él. Pero el mero hecho de sentarse a pensar y que unas cuantas personas se pongan de acuerdo en lo esencial, en lo común, en lo que debe regir a la organización, es bastante meritorio (y difícil).

Esta misión lo que hace es guiar de alguna manera el camino de una organización, especialmente en la adversidad. Porque esa guía lleva implícita, en el fondo, una visión del mundo y un sistema de valores y prioridades. En el caso anterior podría ser algo así como "nos ha tocado vivir un mundo globalizado, complejo y cambiante, y esto no tiene pintas de cambiar, por lo que la capacidad de aprender constantemente es necesaria para sobrevivir en él y es lo que queremos fomentar en nuestros alumnos".

Este mission statement puede aplicarse también a las personas. De hecho, algunas redes sociales basadas en confiar en completos desconocidos tienen un campo para eso en el perfil. Es una forma de presentarte a los demás, de definirte, de gritar al mundo cuál es tu meta.

Nótese que la mayor parte de la gente es joven (aunque ni tan joven, ni lo son todos), de sociedades desarrolladas y generalmente sin problemas económicos significativos, y bastante tiempo libre. Éstas son sus metas en la vida, tal y como las han expresado en su perfil:
  • Disfrutar cada minuto de mi vida.
  • Escribir algo ingenioso en este campo del formulario.
  • Salir al mundo a descubrirlo y conocer otras personas.
  • Disfrutar de la vida y relajarme.
  • Visitar cada país del mundo y conocer más gente.
  • Vivir, aprender, amar, reír.
  • Conocer gente maravillosa y sobrevivir a base de mi arte (hula hoop).
  • Vivir la vida loca.
  • Explorar Europa, descubrir la vida.
  • Amar a la vida, la música y viajar, viajar, viajar.
  • Descubrir el mundo.
  • Vivir, aprender y reír.
  • Experimentar, descubrir, aprender, disfrutar.
  • Eso. Sea lo que sea.
  • Ninguna meta (suena triste).
  • Ver cosas y lugares, conocer gente, seguir vivo.
  • Descubrir la vida.

Ahora díganme si es que todo el mundo se ha puesto de acuerdo o si todo esto no es fruto también de la educación y "valores" que se han promovido en las últimas décadas. Bien podrían resumirse en el famoso porque yo lo valgo. Que, por cierto, poco tiene que ver con el pervertido Carpe Diem de Horacio. Unido a una infantilización excesiva (no estamos hablando de adolescentes precisamente).

Díganme también si esto no tiene correlación de alguna manera con el descenso en el número de familias y de hijos, con la honestidad y sinceridad en política y negocios, con no apreciar y defender el estado del bienestar que tanto esfuerzo costó obtener a otros ("los muertos de mi felicidad", que cantaba Silvio Rodríguez) y con el abuso de la palabra "derechos" ("privilegios temporales", como los definía George Carlin).

Este porque yo lo valgo que tanto se nos ha vendido resulta también absurdo cuando uno intenta buscar cierto significado a la vida (llámesele felicidad si se quiere). El modelo difundido, y las metas creadas, centradas en el disfrute de yo, mí, me, conmigo, contrastan enormemente con las profundas experiencias que cuenta, por ejemplo, Viktor E. Frankl en su libro "Man's search for meaning". Casualmente lo he terminado de leer a la vez que Scott Berkun, que ha escrito una reseña que aprovecho a citar aquí.
Para el europeo, es una característica de la cultura americana que, una y otra vez, se le ordena a uno que tiene que "ser feliz". Pero la felicidad no puede ser buscada ni perseguida, sino que es un resultado. Uno tiene que tener una razón para "ser feliz". Es una vez encontrada la razón cuando uno es feliz automáticamente. Como vemos, el ser humano no es alguien en busca de la felicidad sino en busca de una razón para ser feliz. 
Esta necesidad de tener una razón es similar a otro fenómeno exclusivamente humano: la risa. Si quieres que alguien se ría tienes que darle una razón (e.g., un chiste). Es imposible provocar auténtica risa diciéndole que se ría. Eso sería lo mismo que impulsar a la gente delante de una cámara a decir "cheese", para luego sorprenderse de que las risas fotografiadas han quedado artificiales y falsas.
Frankl afina más: tanto la felicidad como el éxito sólo surgen como "efecto secundario inesperado de la dedicación de uno a una causa mayor que uno mismo, o como subproducto de entregarse a otra persona".

Hace mucho tiempo que no veo ni escucho metas entre las personas que tengan que ver precisamente con eso de lo que habla Frankl: una causa mayor que uno mismo o entregarse a otra persona, sino todo lo contrario. Por ejemplo, dedicarse a aportar a la ciencia, cuidar a gente en enfermería o participar en la enseñanza primaria, suena hasta ingenuo. Sin embargo, tener una casa unifamiliar y poder enseñársela junto al Mercedes a los demás, aunque sea a costa de ser tiburón de los negocios o vender preferentes a ancianos, es considerado sin embargo una buena meta. Todo esto me recuerda al post de hace años "¿de qué hablamos los jóvenes?".

Por supuesto, podrían argumentarme: eso es falso porque sí hay gente que ha encontrado una causa mayor que uno mismo. A la vista están, si no, las religiones y en la actualidad los nacionalismos. La pregunta es, ¿se trata del resultado de una reflexión profunda y es la dedicación a esa causa real, o es la mera repetición de un mensaje aprendido tan repetido y vacío como el de que "porque yo lo valgo" con el que poner a trabajar a las masas ignorantes hacia el beneficio de unos pocos?

¿Cuál es tu mission statement?

1 comment:

Jorge Campo said...

Me has hecho recordar los años pasados en EEUU y las veces en las que se me pedía el mission statement y la mala leche que me daba.

Pensaba "¿pues cuál va a ser? poder alimentar a mi familia".
Pero claro, uno sabía que la cosa iba más por lo grandilocuente y te llevaban los demonios.

En un sentido inverso, me gustaba que fuera de mal gusto o mal visto poner la foto en el CV. A uno lo tenían que juzgar por lo que podría hacer, no por su belleza, edad, rostro amable, etc.

Hay más características diferenciales con lo anglosajón, pero sí, sin duda, el mission statement refleja una diferencia clara cultural: la del que se lo toma en serio y la del que te soltaría un ¿estás de cachondeo?