19 April 2011

Y más nombres vascos


Ya hablé del tema, pero hoy lo confirmo sin ningún tipo de duda. Hay una competitividad entre el sector vasco "modernete" por ver quién se pone el nombre más original, más distinguido, más rebuscado o menos utilizado por los demás.

La cuestión es que para quien no sabe euskera los nombres resultan difíciles de recordar, por no decir imposible, porque en cuanto te sales de los nombres "tradicionales", es decir los de persona, en Euskadi la variedad es amplísima.

Así, empiezas a preguntar a la gente que de dónde ha salido ese nombre "tan raro" y te responde, entre orgullosa y socarrona, que joer, que igual tú a ti no te suena pero que es un nombre en vasco de toda la vida. Lo curioso es que los demás amigos, euskaldunes y vascos de toda la vida, tampoco les suena. Resulta que los nombres del catálogo sabiniano (contado en el post sobre los nombres), al parecer, ya son demasiado conocidos y están muy vistos.

La moda ahora es seleccionar un nombre todavía más "original". Es decir, más desconocido para foráneos e incluso para locales con unos cuantos años (como nombre de persona, digo). ¿El método? Utilizar nombres en euskera que designan palabras comunes. Algunos ya son clásicos como Oihana e Itsaso (bosque/selva y mar). Pero la lista sigue creciendo sin parar.

Eso permite que los que hablan vascuence identifiquen rápidamente el nombre con la cara, aunque sea la primera vez que lo ven usado como nombre de persona y a algunos incluso les parezca un poco hortera, mientras que a los que no saben euskera le parece un nombre superoriginal y auténtico, porque "está en euskera". Y tardan unos días no en recordarlo, sino en aprendérselo. Eso da su puntillo. A esto hay que añadir una larga lista de topónimos locales.

No sé si en un intento de frenar este dispendio de nombres, en Euskadi ocurre algo curioso. Para poder inscribir al niño en el registro, su nombre debe constar previamente en el catálogo de "nombres autorizados". Si no lo está, necesitas iniciar un proceso burocráctico para demostrar que ese nombre corresponde a un topónimo o una palabra en otro idioma y solicitar permiso. Es decir, que si le quieres poner a tu hijo "Lerdo", en principio parece no haber problema porque es un nombre de ciudad.

El caso es que poner nombre a un niño en Euskadi es casi un deporte nacional. Mirar el catálogo, un atlas del Mundo, etc... e intentar ser lo más "original" posible.

Lo fundamental es desencadenar la siguiente conversación:

- Hola, ¿cómo te llamas? Yo, Pepe.
- Yo XXXX.
- Anda, no lo había oído nunca.
- Es un nombre vasco; significa YYYYY en euskera.
- Anda, qué original.

No es manía mía. Es frecuente que cuando hablo con algún vasco de alguna tercera persona que no conoce y le digo, "pues fulanita me dijo que...", me miran con cara rara cuando menciono su nombre, como si me lo hubiera inventado. Y tengo que decirles: pues si es vasca, del tal pueblo. ¿No te suena el nombre? Ah bueno.

Incluso he visto, cuando tienen confianza y buen humor (algo no muy frecuente), bromear entre los que tienen nombres de primera y segunda generación.

Algo así como juntar a un "Paco" con una "Nube".

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