21 June 2011

La eficiencia... es la madre de la ciencia (americana)


Cuestiones laborales me llevan al otro lado del Atlántico una temporada. He aquí una pequeña reflexión.
Va ser que sí. Que los americanos son, por encima de todo, prácticos y eficientes. Job done, se escucha  a veces. A veces son derrochadores: las luces están permanentemente encendidas, cada persona tiene un coche y hay mil cachivaches eléctricos por todas partes.
Sin embargo, hay una ventaja importante: las cosas se hacen bien. Ya antes del viaje se veía venir: desde Internet, y con un único login, aquí se puede hacer de todo: ver el correo electrónico, comprar pases de comedor, pagar, apuntarte a clases, etcétera. Eso ya daba pistas de cómo se hacen las cosas aquí. En una palabra: bien.
Nada más llegar recibo una carpeta de bienvenida con toda la información importante (planos de la zona, horarios de autobuses…) y las secretarias nos dan un tour de bienvenida por la zona. Cualquier cosa que necesitamos nos la hacen al momento, bien hecha, con detalle y nos tratan muy bien. Se acerca un técnico y prepara nuestro ordenador: instala un paquete específico de la universidad que contiene un anti virus y otro software para mantener el ordenador limpio (y, por tanto, la red de la universidad), nos configura las impresoras y amablemente nos dice que le pidamos lo que necesitemos.
Mientras tanto recuerdo las horas perdidas limpiando pendrives infectados de la universidad, así como la última que se montó cuando una alumna infectó toda una red de nuestro querido centro. Recuerdo también la política Revertiana en cuanto a informática en nuestras universidades en España, incluido el eficiente universo euskerico: que cada perro se lama su cipote. El mantenimiento lo lleva fulanito, que está en otro edificio y tarda tres días en solucionarte un problema, la red la lleva menganito, que no sabe nada de ordenadores. Y el servidor de tu departamento lo llevas tú, y gracias. Por supuesto, tu ordenador, si quieres que algo funcione, también lo tienes que acabar llevando tú mismo. ¿Cómo se imprime o dónde está el servidor de versiones? ¿Y las copias de seguridad? ¿Cómo se compra un tóner? El día que se vaya el último pringado de turno avezado, que será pronto, veremos qué pasa.
Me falta la tarjeta universitaria. Y me urge bastante porque hace falta para entrar a las zonas comunes de la residencia como por ejemplo, la lavandería. Lavandería que, por otra parte, ¡está online! Así se sabe si hay lavadoras y secadoras libres y cuánto tiempo le falta a tu colada por terminar. Chúpate esa.
En todas las universidades españolas donde he tenido una tarjeta universitaria, el tema es un cachondeo: tienes que dar tú una foto de carnet, enviarlo por correo y esperar varios meses. Si hay suerte te llega la tarjeta de estudiante antes de que hayas terminado la carrera o el doctorado. ¿Cuánto me costará conseguirla aquí?
Pregunto a la secretaria y amablemente me imprime un plano de cómo llegar hasta donde la expiden. Vaya rollo, pienso. Ahora a esperar. Pues no. Resulta que llego, le entrego el DNI a una amable chica. Me busca en el ordenador, me sienta en un sitio, me hace una foto con la webcam, me imprime el carnet y me lo da. Todo el proceso en unos…¡5 minutos! ¿Recursos? Una sola persona, un ordenador, una webcam y una máquina de imprimir carnets. C’est tout.
Y si se piensa realmente… ¿acaso hace falta más? El modelo español está claro: una solicitud en forma de hoja de papel, una fotografía a color grapada, se hace trabajar a correos (o al menos al correo interno de la universidad), a uno o más administrativos y es probable que la impresión de las tarjetas se subcontrate a una empresa por lotes. Para, ya digo, al final ni siquiera recibir la tarjeta: yo todavía estoy esperando la mía y pronto se cumplirá un año sin haber visto ninguna tarjeta.
Y luego decimos que es que en otros sitios rinden más porque tienen más recursos. Anda ya. Es una buena excusa para justificar nuestro desastre, pero ese discurso ya no cuela: nosotros usamos más recursos y más dinero. Somos unos vagos y unos desordenados, y además complicamos todo innecesariamente y todo pasa por mil absurdas manos. Punto.
A pesar de recibir el carnet, no estaba activado para las zonas comunes de mi residencia. Recuerdo la de veces que he tenido que bajar a ver a la administración de mi centro porque cierta puerta no me abría. Bajar, hablar con la persona responable, esperar a que abriera el programa, se hiciera un lío y me mirara con aire sospechoso mientras me daba acceso a regañadientes, porque obviamente la culpa era mía. ¿Cómo lograría aquí el acceso a las zonas comunes? Vaya, ¡si está explicado en la hoja de bienvenida en donde vivo! Enviar un correo con el problema y a los 5 minutos, correo de vuelta, muy amable y problema resuelto.
Volviendo a la eficiencia, mi habitación tiene 12 enchufes y la cocina, que se vean, otros 12. Lo que aquí llamamos “regleta” ya está integrado en la pared, en grupos de dos y cuatro. Los armarios aprovechan al máximo el espacio. Todos los materiales son de la máxima calidad, resistentes y fáciles de limpiar (plásticos y acero inoxidable).
En general todo está bien montado. Puede no ser lo más bonito del mundo, pero tampoco es feo. Y, sobre todo, funciona. La gente te atiende amablemente y hace rápido lo que le pides, porque es su trabajo, no un favor. Las cosas están escritas, de manera clara y unívoca, y no dependen del capricho del sabihondo de turno.
Cuánto nos queda por aprender. E insisto, no es por falta de recursos ni mucho menos. Es por cómo somos: gregarios, desconfiados, cabezones y chulos. Eso lo tengo más que claro desde hace tiempo y no hace más que confirmarse una y otra vez.

Disfruten ustedes con el siguiente corto de un trámite made in Spain, real como la vida misma:


7 comments:

Anonymous said...

Bueno, bueno, seguro que toda la atención forma parte del programa de acogida para estudiantes extranjeros, jajaja y a los americanos les hacen currárselo más. ¡Qué envidia de funcionamiento! Eso si es eficacia.

A Rancia said...

Ohh, cuánto te miss!! :P. Ya he acaparado tu mesa una vez más :D. Bueno, que me voy a donde la del joystick a que me renueve los permisos de la puerta trasera... ah, no, que es por la tarde y estamos en horario de verano...
Me alegro de que te vaya bien ;)

Lupeán Garó said...

oye co, cuando puedas tengo interes en saber que opinan los americanos del 15 m si es que opinan algo.

LifeBalance said...

Es verdad que el problema en España es de falta de interés. Cuando se trata de definir políticas generales para un tipo de servicio o grupo de personas, son las "cabezas pensantes" las que tienen que dar las instrucciones. Pero claro, no lo hacen, y aunque los que están "bajo", tengan buena voluntad, poco se puede hacer por crear soluciones completas para dar un buen soporte en todo un ámbito como pueda ser la Universidad.

LifeBalance said...

Tienes toda la razón. Aquí las cabezas pensantes no piensan en facilitar los servicios a los que vienen de fuera.

En España solventamos problemas, en otros países dan soluciones, pero para eso hace falta trabajar en equipo y se han de organizar y cohesionar desde arriba, no basta la buena voluntad, si es que existe, de los de abajo.

Saludos
Y buen viaje.

LifeBalance said...

Por cierto, he estado un poco desconectado últimamente y puede que lo esté hasta fin de año.

Me ha parecido gratificante ver lo reivindicativo que te has puesto en los posts de los últimos meses.

Estoy cansado de una sociedad donde hay que ser políticamente correcto, es decir, hipócrita y si dices lo que piensas, tú eres el impresentable. Vamos hacia una nueva dictadura. Parece que vivimos en democracia pero no es cierto. Hay cosas que no se pueden decir si no quieres ser arrastrado por la masa y los medios.

Odio más que parezca que no hay censura mientras te crucifican en nombre de la libertad de expresión y los derechos de los demás que si directamente te pegan un tiro, como pasa en una dictadura.

Saludos

Betawriter said...

Muchas gracias por tus comentarios.

A mí ya, francamente, me da igual. Decir las cosas como son es también una manera rápida de filtrar a la gente por sus reacciones.

Estoy cansado de cantamañanas que sientan cátedra y de la hipocresía reinante, de cómo la estupidez se propaga a la velocidad de la luz. Qué se le va a hacer...

Yo también estoy algo desconectado, a ver si retomo esto. Ánimo y espero leerte pronto también.

¡Un saludo!