Noam Chomsky, el famoso lingüista del M.I.T., es conocido más allá de su campo. Muchos lo conocemos debido a su enorme aportación a la informática derivada de su estudio de las gramáticas.
Una faceta que sin embargo yo no conocía es su activismo político y sus numerosas obras relacionadas con él. La gente inteligente es capaz de plasmar sobre papel de forma ordenada y coherente una serie de patrones que sospechamos pero que a veces no nos atrevemos a aceptar. Es el caso de Chomsky. Sabe concretar con precisión y exquisitez lo que muchos sospechamos.
Porque, ¿quién no es capaz de detectar en qué se han convertido los medios? En algo para atontar, para dividir, para provocar polémicas constantes que, en definitiva, impidan la capacidad de pensar y de ver los problemas reales.
En España sufrimos un goteo constante de noticias que avivan debates, editoriales y programas de todo tipo. Tras haber dado suficiente juego a la ley del tabaco, ahora tocaba otra: la reducción temporal del límite de velocidad en autopistas en 10 kilómetros por hora.
Nueva estrategia para desviar la atención. Éste y otros trucos aparecen entre las 10 estrategias de manipulación mediática de Chomsky. Su tesis, si no me equivoco, coincide bastante con lo ya mencionado en otro post sobre la reflexión de Neil Postman en "Amusing ourselves to death".
Noticias y polémicas asociadas que darán mucho más juego que realidades asumidas sin rechistar: la reducción salarial a todos los empleados públicos (incluidos los trabajadores temporales más precarios), la precariedad y corrupción general del empleo en el sector privado, el siempre presente problema de la vivienda, la evasión fiscal y su trato de favor, que uno de los mayores evasores fiscales acabe convirtiéndose en presidente de Cataluña, etc, etc... Y, por si alguien no se había enterado, el IPC ha subido un 3,3% en el último año. Como en los tiempos más boyantes.
¿Se trata de la técnica número 2 quizá?
"2. Crear problemas y después ofrecer soluciones. Este método también es llamado “problema-reacción-solución”. Se crea un problema, una “situación” prevista para causar cierta reacción en el público, a fin de que éste sea el mandante de las medidas que se desea hacer aceptar. Por ejemplo: Dejar que se desenvuelva o se intensifique la violencia urbana (Delincuencia), u organizar atentados sangrientos, a fin de que el público sea el demandante de, estrictas, políticas y leyes de seguridad en perjuicio de su propia libertad. O también: crear una crisis económica para hacer aceptar como un mal necesario el retroceso de los derechos sociales, privatizaciones y el desmantelamiento de los servicios públicos".
Decía Abraham Lincoln que "Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo. Puedes engañar a algunos todo el tiempo. Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo". Cuando llega a cierto límite, la cosa explota. ¿A alguien se sorprende de lo de Egipto? Se llama revolución, y en cada sitio toca en su momento. Era tan predecible que ya había un libro en 2008 que se titulaba "Egipto por dentro: la tierra de los faraones al borde de la revolución".
La última de las estrategias descritas por Chomsky es escalofriante:
"10. Conocer a los individuos mejor de lo que ellos mismos se conocen. En el transcurso de los últimos 50 años, los avances acelerados de la ciencia han generado una creciente brecha entre los conocimientos del público y aquellos poseídas y utilizados por las elites dominantes. Gracias a la biología, la neurobiología y la psicología aplicada, el “sistema” ha disfrutado de un conocimiento avanzado del ser humano, tanto de forma física como psicológicamente. El sistema ha conseguido conocer mejor al individuo común de lo que él se conoce a sí mismo. Esto significa que, en la mayoría de los casos, el sistema ejerce un control mayor y un gran poder sobre los individuos, mayor que el de los individuos sobre sí mismos."
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