En el post de ayer Francisco Caja defendía con sólidos argumentos la conveniencia de educar en lengua materna y pasar a un verdadero bilingüismo después en las comunidades bilingües. Aportaba datos aplastantes acerca del fracaso escolar de las comunidades bilingües A-B donde los niños que hablan A en casa son forzados a educarse exclusivamente en B.
Relacionado con el tema recuerdo un estudio que leí hace tiempo. En él se denuncia la situación del profesorado de primaria durante el franquismo. Le dediqué un análisis extenso que al final no publiqué (quizá en otra ocasión). Me molestan mucho los estudios que acaban sacando unas conclusiones que en absoluto se pueden derivar de los datos que se aportan, o donde la interpretación es sumamente forzada. En ciencia son directamente criticados y tirados a la basura. En historia y otras disciplinas, sin embargo, son una constante, y son aceptados con total naturalidad cuanto más comulga con las tesis del poder actual.
Al tema. La aportación curiosa al caso es que, en los años 40, en plena postguerra de la represión y con el "objetivo de solucionar el problema del bilingüismo en Guipúzcoa" (interpretación del autor del estudio) ésta es la política sobre educación y bilingüismo que podemos leer en el Acta de la Diputación de Guipúzcoa del 16 de marzo de 1942:
a) En zonas rurales donde se hablaba exclusivamente vascuence, la enseñanza elemental sería en esa lengua, iniciando al niño en castellano.
b) En el curso medio se intensificaría el castellano.
c) En el curso superior únicamente se utilizaría el castellano.
d) En zonas mixtas la enseñanza sería en castellano, con utilización puntual del vascuence, a juicio del Maestro.
En 1966, y ante "la detección por parte de las autoridades franquistas del proceso de desaparición en el que se encontraba el euskera", hubo un proceso de rectificación, reflejándose en el acta del 25 de mayo de 1966, lo siguiente:
"...la propuesta de impartir esta asignatura en las Escuelas de Formación del Magisterio con el objetivo de formar en el conocimiento del vascuence a los Maestros Nacionales, para que, en un día, puedan ser el vehículo de las nuevas generaciones (…) sobre todo, en nuestro caso, la continuidad de la lengua vernácula se impone en evitación de que pudiera desaparecer uno de los idiomas más antiguos del mundo"
La propuesta salió adelante y los maestros comenzaron a impartir clases de euskera por las tardes, percibiendo por ello un salario extra.
Resulta paradójico leer cómo un fascismo retrógrado en los años 40 con una política monolingüe uniforme por ley parezca más respetuoso con la realidad lingüística que la Ley de Educación de Cataluña de 2009. Comunidad que, para colmo, es bilingüe por ley.
Y más paradójico aún que, el mismo fascismo aplastante fuera capaz de detectar y comenzar a rectificar la situación en un par de décadas, mientras en algunas comunidades se tiende al proceso contrario en pleno año 2011 y en un mundo cada vez más global.
¿No es para volverse locos?
P.D.: Todos los textos pueden consultarse en el citado estudio, nada sospechoso de ser pro-franquista, sino todo lo contrario.
1 comment:
El acta a la que te refieres es una anécdota en una realidad bien distinta.
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