10 April 2012

Esto cuesta un riñón


No tengo mucho tiempo para describirlo en detalle, pero hace mucho que me he dado cuenta de algo: son los países pobres los que financian a los ricos. No me refiero a lo obvio y que todos sabemos: que utilizamos su mano de obra barata y sus recursos.

Me refiero a algo peor: los productos para ellos son muchísimo más caros, no ya en términos relativos, sino incluso absolutos. Allá donde los salarios son mayores, la mayoría de los productos son más baratos: coches, ropa, tecnología, etcétera. Me sorprendió, por ejemplo, en un viaje a Eslovaquia, un país con una renta muy moderada, ver cómo la gasolina era más cara que en España, y el precio de los coches también. Curioso también que polacos (con salarios alrededor de los 400-500 euros mensuales) cuando vienen aquí, aprovechan para hacer ciertas compras (ropa, complementos, tecnología) porque los productos son más baratos.

Volviendo al tema de los coches, hoy he visto cómo uno puede comprarse en Estados Unidos un deportivo japonés de 200 CV, completamente equipado, por apenas 19.000 euros.

Y comparado precios de un mismo modelo aquí en España y en Estados Unidos, la versión básica del VW Golf GTI de 200 CV, las tarifas oficiales de las respectivas webs son:

  • USA: 23.995 $
  • España: 31.330 €
Que, al cambio en euros son:
  • USA: 18.300 €
  • España: 31.330 €

Esto es, en España pagamos un 70% más que en Estados Unidos por un coche alemán que podría (aunque no es el caso) haberse fabricado en VW Pamplona. Para calcular la diferencia de esfuerzo económico para comprar un coche, habría que tener en cuenta también la diferencia de salarios, y el coste relativo de otras cosas, como la vivienda. También habría que hilar más fino viendo si ambos precios llevan impuestos o no, etcétera, pero la cuestión es que un mismo coche cuesta más caro aquí que allí. No hablemos ya de la gasolina que, cuando hice los cálculos, allí estaba a menos de 70 céntimos el litro, mientras aquí rozaba el doble.

Así que no sólo los países más ricos explotan a los más pobres usando su mano de obra barata, sino que, mientras les ponen los dientes largos a base de publicidad, les ponen los precios de muchos productos (incluso los fabricados por ellos mismos) más altos.

Y entonces llegamos a aberraciones como éstas: mientras un adolescente americano puede comprarse un iPad 2 con el dinero ahorrado en trabajar una semana en un restaurante de comida rápida, un adolescente del país donde se fabrican acaba vendiendo uno de sus riñones para comprarse uno.

Saludos.

1 comment:

LifeBalance said...

Hace ya tiempo que veo que eso pasa. En mi viaje de bodas, en Austria, una pulsera de Swarovski, en una tienda oficial (la marca es austríaca y tienen fábricas allí) valía allí lo mismo que en España. Eso ya me llamó la atención.

Pero es cierto que muchos productos se venden en función del poder adquisitivo del país o de la pasión que el producto despierta.

En España los Audi y los Golf van que vuelan. Son marcas deseadas por la juventud y ellos lo saben.

Lo dice la frase:
¿Qué vale un producto? Lo que el cliente está dispuesto a pagar por él.

Saludos