06 July 2012

El club de los pringaos. O Punset, su altruismo y sus 16 cargos.


Daniel Montero, periodista de investigación que publicó también el famoso libro "La casta: el increíble chollo de ser político en España", sacó hace poco "El club de los pringaos".

No puedo dejar de recomendarlo. Es amargo, sí, pero bastante revelador de que aquí hay dos bandos: el de lo listos que se las saben todas y a los que todo se perdona, y el de los pringaos que pagan y matienen a la propia maquinaria que es implacable contra ellos: la clase media. Esa clase que, como bien dice Daniel Montero, ni puede acceder a determinadas ayudas y privilegios para los más pobres, ni tampoco beneficiarse de los tejemanejes y tretas que utilizan los más ricos.

De verdad, léanselo. No tengo tiempo para hacerles un resumen, pero verán la cantidad de instrumentos que existen para evadir impuestos por parte de los que más ganan, y las tretas que se utilizan. Recuerdo en concreto las SICAV, un invento macabro donde las ganancias apenas tributan y que exigen los siguientes requisitos: 100 inversores o más y un capital mínimo de 2.400.000 euros.


¿Creen ustedes factible que 100 personas corrientes se reunan y organicen por si mismas para invertir conjuntamente, desembolsando un capital medio de unos 24.000 euros cada una? Daniel Montero nos cuenta cómo funciona en realidad: 100 personas con más de 2 millones de euros cada una se juntan y forman 100 SICAVs. Cada uno invierte el 99% de su capital en su propia SICAV y coparticipa con una cantidad anecdótica en las SICAVs de los demás. De esa manera se cumplen los requisitos. Nada lo impide.


Otro ejemplo curioso es el de las fundaciones. Entidades sin ánimo de lucro en pos del interés general, donde no pueden repartirse beneficios si existen, sino que tienen que reinvertirlos en la fundación. A cambio disfrutan de interesantísimas ventajas fiscales. Daniel Montero se pregunta por qué han crecido en España como setas, si de repente todo el mundo se ha vuelto un bendito o qué. Luego también nos cuenta que las fundaciones tienen ventajas fiscales pero no existe la obligación, sin embargo, de establecer un límite a los salarios de sus empleados, ni tampoco impedimento alguno a que subcontraten servicios a empresas. El resultado es que una fundación sin ánimo de lucro y con suculentas ventajas fiscales puede estar gestionada por alguien con un salario superior al millón de euros que, además, subcontrata servicios a una empresa directa o indirectamente suya. Datos que no tiene obligación de hacer públicos. Curioso.

Entre las fundaciones con explotaciones económicas exentas de pagar impuestos encontramos la hospitalización y asistencia sanitaria. Daniel Montero denuncia el abuso del uso de fundaciones destinadas a cuidar ancianos, que en realidad no son sino empresas haciendo competencia desleal a las residencias de ancianos de toda la vida. Me viene a la cabeza inmediatamente la Fundación Matía.


Otro de los puntos del libro de Daniel Montero en el que no reparamos, es que es falso que en España se paguen pocos impuestos. Se pagan muchos. Muchísimos. ¿Qué pasa con ese 30% de nuestro salario que aunque no veamos descontado en nómina paga a la Seguridad Social directamente nuestro empleador cada mes? ¿Acaso no son impuestos?


Si a eso sumamos los impuestos indirectos (el 50% de lo que pagamos por la luz son impuestos, por ejemplo, y con la gasolina otro tanto), la triste (y acertada conclusión) es que el españolito medio se pasa más de media vida trabajando sólo para pagar impuestos. Mientras tanto, esa élite de listillos que son los que más ganan y más deberían pagar, utilizan estratagemas de toda índole para esquivar a hacienda de manera legal, encima.


Y bueno, lo de los paraisos fiscales y los inspectores de hacienda de más alto rango trabajando como asesores fiscales para grandes empresas se lo dejo ya para antes del suicidio.


Así que es comprensible que el tono del libro sea duro y a veces se lean momentos de cierto cabreo. Pero les guste o no, la verdad es que es un libro intachable: una investigación exquisita, detallada y muy bien documentada.


La Fundación Eduardo Punset: Punset y su altruismo


¿Por qué vuelvo a Punset otra vez en esta entrada? Quizá debería hacer otra, o quizá la haga, pero ocurren dos cosas: no tengo tiempo y escribo sobre la marcha.

Ocurre que al leer el asunto de las fundaciones, me ha venido a la cabeza la Fundación Eduardo Punset. A las fundaciones sin ánimo de lucro van a parar innumerables donaciones (recordemos que las donaciones a fundaciones desgravan fiscalmente) e ingresos de todo tipo, incluídos los ingresos obtenidos por publicidad, y las fundaciones tienen la obligación de reinvertirlo en sí mismas. Pero Daniel Montero en su libro explica cómo las fundaciones sin ánimo de lucro sacan el dinero contratando a empresas de amigos, familiares y conocidos o incluso propias. Todo de manera legal, insiste.


Aquí en directo y sin haber dedicado apenas tiempo, visito la web de la fundación de Punset. ¿Dónde está situada? Según sus datos, en una calle de la localidad madrileña de Villafranca del Castillo, aquí. Oh vaya, pero si es exactamente la misma dirección y hasta en Google Maps se ve que es la sede de la Universidad Camilo José Cela, donde es coordinadora y formadora Elsa, la hija de Punset. No está mal que una fundación sin ánimo de lucro esté instalada en una universidad privada donde los grados cuestan una matrícula de 1.500 euros y una mensualidad de 700-casi 1.000 euros.


Continuemos. Entre las entidades colaboradoras de la fundación de Punset: IBM, Danone, el ya comentado Instituto Coca Cola para la felicidad (IBM, Danone y Coca-Cola, empresas sin ánimo de lucro donde las haya), y una última entidad colaboradora curiosa: el grupo Punset Producciones.


Visitemos la web de Punset Producciones. Eso de "entidad colaboradora" es un eufemismo, porque Punset Producciones se describe a sí misma como empresaPunset Producciones se dedica a muchísimas cosas y muy variadas: organización de conferencias, asesoramiento científico, edición de revistas, contenidos online, producciones audiovisuales. No está mal. Curiosidad, ¿no hay algo que les sorprende para ser una empresa de ese tamaño? No tiene información real de ningún tipo ni ningún enlace para reclutar a gente para trabajar con ellos. ¿De verdad no hace falta recultar a personal para una empresa tan ambiciosa? ¿Cómo se consigue a buenos científicos, editores, etcétera entonces? Ustedes mismos.


Buscando un poquito aquí viene algo acerca de su origen y ésta es la información de la empresa. Les sorprenderá:

CONSEJERO: PUNSET CASALS EDUARDO.
CONS. DELEG.: PUNSET CASALS EDUARDO.
PRESIDENTE: PUNSET CASALS EDUARDO.
VICEPRESIDEN: CABANILLAS ALONSO PIO.
CONSEJERO: GAYA GONZALEZ FRANCISCO
Franciso Gayá es uno de los fundadores del diario "El Mundo" junto a Pedro J. Ramirez. Y sí, Pío Cabanillas Alonso es el Pío Cabanillas del Partido Popular con pintas de chulo que todos conocemos, hijo del ministro franquista Pío Cabanillas Gallas, que ha pasado por Sogecable, Prisa, Endesa, socio inversor de Acciona, portavoz general del Gobierno y, oh sorpresa, director general de RTVE. A ver si le queda claro de una puñetera vez a la gente con qué clase de científicos se codea Punset y en qué laboratorios investiga. Recalco lo de franquista no por nada, sino porque es una de las pocas palabras con las que algunos reaccionan. No es la única empresa en la que Punset es socio, ni muchísimo menos: aquí hay otra en la que participa, que no se sabe muy bien qué vende, y en la que también hay papis e hijas metidas. Y en la que por supuesto tampoco hay un apartado de "Trabaja con nosotros".

¿Y quiénes son los clientes de la empresa Punset Producciones? Qué curioso, RTVE, y unas cuantas fundaciones, entre ellas, tachán, la fundación Eduardo PunsetO sea, Punset tiene una fundación sin ánimo de lucro y grandes ventajas fiscales, cuyas donaciones también desgravan fiscalmente, pero se subcontrata a sí mismo con Punset Producciones, empresa fundada junto a un ex-director general de RTVE del Partido Popular y a uno de los fundadores del diario "El Mundo".

Pero ooops, un momento. Hay más clientes de la Fundación Eduardo Punset. Otro de ellos es una empresa llamada "Emotional Learning", dedicada a implementar la basura emocional que él vende como científica en sus libros y en programas pagados y promocionados por oh sorpresa, radiotelevisión española. ¿Quién es el director general de "Emotional Learning"? De nuevo, su hija Elsa. Puede que los nombres del resto del equipo también les suene: son los mismos que trabajan con Elsa en la Universidad Camilo José Cela. ¿Posibilidad de echar el Curriculum? ¿Información acerca de cómo trabajar con ellos? Otra vez, cero patatero.



Elsa, filósofa de formación en Oxford, también está de enhorabuena porque acaba de publicar un nuevo libro, número uno en ventas con más de 50.000 ejemplares vendidos en dos meses, de interesante y original temática:
¿Cuánto debe durar un abrazo? ¿De qué sirve llorar? ¿Qué podemos hacer para cambiar nuestra suerte? ¿Tiene algún propósito el enamoramiento? ¿Y por qué es tan inevitable el desamor? ¿Cómo aprendemos a tener miedo? ¿A partir de qué edad empezamos a mentir? ¿Por qué sentimos envidia? ¿Cuántos amigos necesitamos para ser felices? ¿Podemos evitar estresarnos sin necesidad? ¿Por qué le importa más a un hombre que a una mujer que le rayen el coche? Y, más allá de las mil dietas milagrosas, ¿existen trucos emocionales para adelgazar?
Abrazos, sentimientos, miedos, amistades, diferencias entre hombres y mujeres, adelgazar... Qué alarde de originalidad y qué campo tan avanzado de la filosofía: autoayuda barata bajo el aval científico y apoyo de papi y sus amigos políticos, impulsado en muy buena medida gracias a la labor de televisión española, una televisión pagada con los impuestos que evaden, por ejemplo, la propia fundación que fundó papi con su nombre. Si lo echan por la tele y además lo dice un señor con el pelo blanco, tiene que ser cierto. ¿O no?

Nada raro sabiendo que Punset estudió derecho y económicas, trabajó en The Economist, en el Fondo Monetario Internacional y fue consejero de economía de la Generalitat. Simplemente está haciendo lo que mejor sabe hacer: usar el sistema en su propio beneficio y de los suyos con tono amable y cordial.


¿Lo peor del asunto? Que Punset es un mago para evadirse de la turbidez de todos estos asuntos y camuflarla o redisfrazarla; ya se ha insistido aquí. A los ojos del pueblo, en vez de un expolítico montándose su chiringuito para él y su hija, Punset será recordado como un científico entrañable que dedicó sus esfuerzos a divulgar ciencia y hacerla atractiva, a pesar de que buena parte de la comunidad científica no esté de acuerdo ni que en lo que cuenta sea ciencia, ni con sus formas. Es más, Punset será recordado también como un revolucionario altruista del sistema, un crítico del PP mientras se abre una fundación con ellos, un héroe del 15-M, un ejemplo a seguir. Punset conoce bien lo estúpido que es el público hispano.


Es la historia de siempre, la misma que ya se ha denunciado aquí con los cocineros de élite y el Basque Culinary Center y demás: infraestructuras, inversión y publicidad con dinero público que acaba en fomentando negocios privados que muy poca gente se puede pagar.


Me parece muy bien que se tengan y fomenten negocios privados, pero como mínimo téngase la decencia de reconocer el ánimo de lucro. No pasa nada, ¿saben? Y, por favor, finánciense y háganse la publicidad ustedes. No utilicen la televisión pública, las fundaciones, y el dinero de todos para hacer y fomentar sus negocios y los de los suyos. ¿En qué quedamos? ¿No se había eliminado la publicidad de Televisión Española? ¿O es que lo que se pretendía era tener publicidad encubierta y gratuita sólo de los míos?


Se tira un poco del hilo y, de un aparente divulgador científico bonachón acogido con cariño por movimientos revolucionarios, se llega a un ex-político y su hija, un entramado de empresas, una fundación sin supuesto ánimo de lucro, formadas por ex-políticos, altos cargos de empresas y medios de comunicación, universidades privadas, instituciones educativas. Políticos, familias de bien, peces gordos de los de toda la vida manejando el cotarro y colocando a sus familias, dedicados a vender humo, vaya. 


Todo ello promocionado por una televisión pública supuestamente sin anuncios de la que fue director general uno de los implicados, comiendo el tarro a todo el personal con la necesidad de cambiar de enfoque educativo, de educarse en los sentimientos, todo ello avalado científicamente y con fácil cura y solución: acudiendo a sus negocios privado. Político y de letras y forma parte del jurado en el más prestigioso premio científico de nuestro país, y sale anunciando Pan Bimbo y la Nintendo DS en plan cachondo.


¿Más datos? Aparece en los registros mercantiles de Palma de Mallorca, Barcelona, Madrid, Navarra, Sevilla y Tarragona. Actualmente ocupa 16 cargos, y ejerce más de un cargo simultáneamente en 10 empresas. Relean bien: 16 cargos. No está mal para dedicarse a la divulgación mediante una fundación sin ánimo de lucro ¿no? Y además le da para escribir uno o dos libros al año. Ya, claro.


Y el público, ignorante, estúpido y crédulo, completamente encantado y proponiendo a ese señor como libertador de la corrupta, embaucadora y egoista clase política/empresarial/banquera actual, y como ejemplo para la sociedad. Como alguien que se moja. Aquí les dejo unas frases de despedida de una entrevista a Punset. Como siempre, claras, concisas, directas, comprometidas, y sin llevar la respuesta a su terreno.
Usted nació cuando comenzó la guerra civil. Ha sido político durante las primeras elecciones democráticas. En los últimos años se ha debatido sobre la necesidad de recuperar la memoria histórica para reparar heridas o bien imponer un silencio para evitar abrirlas. ¿Qué cree que permanece y qué se ha superado de aquel conflicto?
La guerra civil española pone de manifiesto el peso de la Historia en la memoria. Es enorme. No es cierto que los países con menos Historia a sus espaldas como EEUU tengan nada que envidiar a los que tienen demasiado. La Historia puede ser tan pesada de llevar y paralizante que más que un activo ha representado casi siempre un pasivo. A nivel molecular e individual, además, hoy sabemos que la memoria no solo sirve para recordar el pasado sino, sobre todo, para imaginar el futuro.
¿No se cansa nunca, señor Punset?
No he tenido nunca este sentimiento. La mosca del vinagre -que tiene un DNA muy parecido al nuestro- cuando no trabaja sueña; es decir, aprende.

Activo, pasivo, memoria, emociones, moléculas, ADN, moscas del vinagre para dos preguntas bien sencillas. Basura, basura, basura y más basura.

Por supuesto, ya saben que yo sólo escribo desde la estupidez y envidia más insana y la falta de reconocimiento del talento, valores y compromiso de los demás, además de un desequilibrio emocional fácilmente solucionable (bien comprando libros o haciendo cursos). 50.000 personas en dos meses que invierten el poco dinero que les queda comprando el libro de Elsa y casi 800.000 fans de Punset en Facebook no pueden estar equivocados.


En fin. Que somos muchísimo más pringaos todavía de lo que Daniel Montero insinúa en su libro.

Saludos.

8 comments:

Fuente de la Eterna Juventud said...

Excelente! Cuánta razón ...
Un saludo,
Manuel

Jorge Campo said...

Niquelado te ha quedado.

Por falta de espacio ahondaría en la parte de las inconsistencias del propio discurso de Punset, aunque eso es algo que ya hiciste anteriormente.

La conclusión que uno puede sacar del éxito de Punset, es que la población, o sea nosotros, somos por definición sumamente idiotas.
La única duda que me queda con Punset es si, movido por su éxito, el mismo se cree las tonterías que suelta...y su hija va por el mismo camino.

Resulta muy desagradable en un primer momento y extremadamente triste al final.

Betawriter said...

Gracias por los comentarios.

Jorge: efectivamente, se puede sacar la conclusión de que somos sumamente idiotas, pero creo que hay mucho de cultural. Siempre he mantenido que los cuentos que cuenta Punset difícilmente tendrían éxito en países con tradición científica seria como UK, Alemania, Francia... donde también la gente tiene más cultura de base y libre albedrío, y no se limitan a seguir ciegamente a líderes mediáticos o políticos, como hacemos aquí. A Punset también hay que reconocerle su mérito, ojo, porque es un excelente conocedor de su público, y ha sido inteligente y muy avispado en su negocio familiar.

No sé si él y su hija se creen sus tonterías (probablemente sí), pero el problema grave es que sus seguidores habituales u ocasionales sí lo hacen. Y, recordemos, Punset tiene 800.000 fans sólo en Facebook.

Saludos.

Jorge Campo said...

Hmm, no las tengo todas conmigo en cuanto a que en otros países como los que citas no tuviera éxito.

Por ejemplo en Alemania la homeopatía es bastante fuerte, de Inglaterra proviene un iluminado como Andrew Wakefield que asoció vacunas a autismo y tuvo y tiene miles de seguidores.
En Francia tenemos un caso mucho más sangrante con el psicoanálisis, que es totalmente preeminente sobre cualquier otra corriente, algo que sólo ocurre en nuestros vecinos y en Argentina.

Analizando con detalle el caso Punset (padre e hija) y comparándolo con otros casos de éxito, pareciera que ello va unido a aspectos tales como la afabilidad, el optimismo y esa pretendida fascinación con que nos inundan y que parece de todo punto genuina.

Quizá ello enmascara lo que dicen: Uno no se para a analizarlo en lo más mínimo y se queda con el continente y no el contenido.

El problema que tenemos sujetos como tú y como yo, me temo, es que nos fijamos en lo que dicen y es ahí donde viene el desastre.
De ahí vamos luego de nuevo al continente, a las formas, y es dónde se generan las arcadas y demás elementos desagradables. Tú ahondas un poco más y sacas lo mundano, lo comercial, que no hace sino dar más fuerza a la idea de que estamos ante un grupito de caraduras y, dicho literalmente, "engañabobos".

Claramente es un análisis un pelín frívolo el mío, pero creo, y espero, no Punsetiano. ;)

Una vez más, enhorabuena por este artículo y los otros que publicas. Bastante más interesantes y sinceros que muchos otros autores escépticos y "cool" incapaces de mirarse su propio ombligo.

Betawriter said...

Es cierto lo que dices, puede que la estrategia punsetiana funcione en todas partes, aunque no tengo datos de hasta qué punto en otros países estas cosas se promocionan y publicitan con dinero público y en televisiones estatales.

Gracias por tus comentarios. La verdad es que análisis de este tipo no suelen triunfar; la gente no quiere ver ni oir la verdad, por muy evidente que sea, especialmente si toca a sus creencias.

Siempre me ha interesado... ¿Cómo ve eso la psicologia?

Saludos.

Jorge Campo said...

Bueno, la psicología es una especia de cajón de-sastre en el que los hay de todos los partidos y todos los colores, lo que dice poco de su cientificidad.

Con respecto al tema que nos ocupa, estaríamos hablando por una parte, de lo sugestionables que somos, y en este aspecto, hay muchos experimentos y estudios que demuestran que así es.

Si miramos tan sólo aquellos ejemplos en los que se estudia la pertenencia al grupo, aunque sea este arbitrario y recién formado, vemos como esta pertenencia producen sesgos muy importantes. Y esto es sólo un ejemplo.

Por otro lado el lenguaje en sí mismo es muy canalla y podemos estar diciendo una cosa y la contraria sin que parezca contradictorio. En el caso de los Punset, las frases bobas y sin sentido embaucan a la mayoría quizá por esa afabilidad, la cual nos produce un sesgo anti-admonitorio o de perdón, un "este hombre no puede ser malo" (lo cual no tiene nada que ver con que lo que nos está contando) y bajamos la guardia.

En los aspectos lógicos también somos bastante becerrillos pero para el caso de Punset me quedo más con la idea de que el sesgo viene más por el halo que le envuelve que por lo que dice.

Lógicamente no hay que olvidar a lo anterior, nuestro nivel educacional, pero en este caso en cuanto qué es ciencia y qué no lo es. En cuanto a cómo identificamos esa ciencia o las falacias que envuelven al pensamiento.

Para mi gusto, la metodología científica, incluyendo una parte de la lógica del pensamiento y las falacias del mismo, debieran ser asignatura obligada en los estudios. Con ello identificaríamos más fácilmente la charlatanería y tendríamos unas herramientas decentes para lo que nos venga.

Desafortunadamente mucha gente opina que esto sería adoctrinamiento. No entienden lo que es la ciencia y cómo nos pone a cada uno en nuestro sitio.

Un saludo

Anonymous said...

En un Redes de hace unos años que trataba sobre emociones se fue a Oxford a entrevistar a Brian Parkinson. Después de soltarle la visión estándard para los que no tienen ni idea y que ya está más que refutada de que las emociones se leen en la cara (la teoría de emociones básicas de Paul Ekman), y de mencionarle una par de veces que "su amigo Damasio dice esto o lo otro", Brian Parkinson le tuvo que poner en su sitio.

Alguien que se dice un experto en emociones como Punset (e hija) no tenía ni idea de las tesis de la ecología de la conducta (Fridlund, Richard Dawkins, Krebs, Davies,...) que desde la etología moderna han explicado de forma mucho más parsimoniosa que las tesis de Ekman el fenómeno de la señales como la conducta facial. Era como si le hablasen de algo nuevo, esotérico, y contra-intuitivo. Claro, siempre está acostumbrado a que sean muy correctos con él (muy anglosajón, por cierto), a invitar a amiguetes, y que le bailen el agua casi todos.

Desde hace muchos años el paradigma de Ekman está siendo refutado en todos los ámbitos, pero los que se niegan a ceder aunque los datos en contra sean abrumadores son los que lo usan para el negocio (y el primero es Ekman que tiene hasta serie de televisión propia para vendernos su "ciencia").

No debe extrañarnos que los que han vendido el camelo de la inteligencia emocional acepten con fervor religioso la tesis de Ekman sobre la universalidad de las expresiones faciales emocionales (se basan en esa tesis como pilar fundamental). Ekman tiene montada una multinacional (http://www.ekmaninternational.com) para enseñar a directivos, policías, parejas,.. a reconocer las mentiras en la cara, a entender las emociones en la cara y ser más "humano",... Los de la inteligencia emocional (que tienen montado hasta posgrados oficiales, cursos, congresos, revistillas, hojas parroquiales) hacen lo mismo, se venden como consultores, dan cursos de formación a directivos y empresas,... Es puro humo, puro marketing.

Efectivamente, la gente de la calle ve a Punset como un científico (que no lo es), pero parece que la campaña de marketing que está haciendo el papá con la hija para que siga su linea sucesoria como referente de la (mala) divulgación científica ya está muy avanzada. Cuando la he visto en sus intervenciones en El Hormiguero, en su espacio de Redes, leyendo por encima los libros que escribe como Messi o CR7 meten goles,... no me ha quedado duda de lo difícil que lo tenemos los verdaderos científicos que investigamos y publicamos en revistas científicas de prestigio internacional para publicitar nuestros hallazgos más allá de nuestros canales académicos. Nosotros a investigar por el amor al arte y sobrevivir en una universidad llena de recortes, y ellos a forrarse haciendo de mensajeros interesados de la punta del iceberg más vendible como humo de la investigación científica.

Un saludo.

pd: Los psicólogos, biólogos y médicos también podemos llamarnos NEUROCIENTÍFICOS y decir que hacemos NEUROCIENCIA. Vende muy bien. Si además empezamos las frases con "El cerebro hace esto o lo otro" ya somos lo más de lo más en Ciencia para los profanos. ¿Entendéis porque Punset usa esa retórica?.

Hasta los propios "neurocientíficos" están publicando alarmados artículos sobre la deriva de algunas disciplinas a lugares poco científicos. Se está denunciando lo que puede ser una especie de Frenología 2.0, o que decir "el cerebro hace X" es una petición de principio y no aporta nada a la explicación. Se olvidan los niveles de análisis (¿le suena a al guien D. Marr?),... Punset ha llegado a decir en la cadena Ser y en Buenafuente que unos neurólogos habían descubierto la disonancia cognitiva en la que el cerebro se niega a aceptar nuestras creencias. Es una blasfemia!!!. Fue Leo Festinger (Psicólogo Social) el que formuló esa teoría a finales de los años 50!!!!. Es una auténtica vergüenza.

Gallego Rey said...

Cuanto más leo tu blog más ignorante me siento... afortunadamente, porque así el placer de aprender me deleita.