29 August 2010

Innovación


Nos venden la innovación por aquí y por allá. Gracias a la innovación hemos asistido a despilfarros enormes completamente absurdos, agotamiento de subvenciones y a tonterías y modelos de negocio que, si no fuera por lo falsos progres y catetos que somos, serían el hazmerreír de todos, en vez de salir en los telediarios.

Mientras a los trabajadores y pequeños empresarios se les vende la innovación como "única salida" (tanto a la crisis como, por lo visto, al espíritu), veo a un país que sigue políticamente anclado en el pasado, con el mismo modelo urbanístico de siempre, con la misma "titulitis", burocracia y trabas, con el mismo modelo de servicio publico, el mismo sistema de transportes y el mismo sistema bancario. Porque la mayoría de las cosas vendidas como innovadoras, además, no lo son. Y las pocas "innovaciones" que han ido ocurriendo han sido más copias de modelos de otros países que otra cosa: ¿cuánto tardará en llegar el WCs japonés y venderse como algo totalmente nuevo?

Veo cómo, por enésima vez en televisión, nos hablan de un proyecto "revolucionario" que permite hacer algo  tan innovador como comunicarse o enviar la posición de manera inalámbrica desde cualquier lugar, proyecto repetido una y mil veces por cada administración, ONG y universidad, si es en lengua autonómica mejor. Más innovación. Mientras tanto las operadoras regalan teléfonos móviles con sistemas operativos completos, cámara, GPS, traductor automático y tarifa plana 3G.

La paradoja es que, simultáneamente, veo cómo son las fórmulas y negocios inventados hace décadas, que no han variado sustancialmente en nada, quienes siguen siendo números uno: ¿qué innovaciones ha hecho Coca-Cola? ¿McDonald's? ¿el coche de gasolina? Y la gente sigue viajando en coche, bebiendo Coca-Cola y comiendo en McDonald's. Es más, los McDonald's están siempre saturados y la Coca-Cola se encuentra en todo el planeta. Si no recuerdo mal, nada ha cambiado en McDonald's ni Coca-Cola desde hace, por lo menos, 25 años, salvo algunos detalles de marketing, por aquello de la modernización, la mala prensa u otras razones.

Ya comentaba en otro post como Fernando Trías de Bes afirma que "una idea mediocre brillantemente implementada llevará al éxito, mientras que una idea brillante mediocremente implementada fracasará". Estoy convencido de que lo mismo ocurre si cambiamos "mediocre" por "tradicional" y "brillante" por "innovadora".

Para terminar de complicar el asunto, la prensa nos envía información contradictoria: nos advierte de que las economías de China, Japón, Taiwan, la India... y Asia en general están creciendo a marchas forzadas. Países caracterizados por sus largas jornadas de trabajo, su eficiencia y, sobre todo, su bajo coste en mano de obra. Países que se dedican, en general, a la producción pura y dura.

¿Por qué nos machacan tanto con la innovación entonces? ¿Y por qué se gasta tanto en innovación?

No lo sé, pero tengo pendiente de leer el libro "The myths of innovation" de Scott Berkun. Ya os contaré qué opina él.

27 August 2010

Cuestión de fidelidad


¿Por qué el concepto de fidelidad y mejora laboral está visto de manera diferente dependiendo del rango al que se aplique?

Siempre recuerdo cómo a algunos empleados se les denomina "trepas". Efectivamente, hay algunos a los que se les ve de lejos, pero también hay grandes malinterpretaciones. En el campo de la informática, por ejemplo, a un programador que desea pasarse a la gestión de proyectos se le suele ver como un trepa. Pero, ¿acaso una persona no puede preferir o ser más adecuado para dirigir proyectos software que para programarlos? Lo mismo para los que desean ser comerciales o relaciones públicas.

Quizá sea porque estos puestos suelen estar mejor remunerados o porque dan la sensación de tener cierto prestigio o poder sobre las personas. Pero, ¿y si diéramos a elegir entre dos tareas igualmente importantes sin variar el salario? Ésa sería una forma de filtrar a los verdaderos trepas de quienes simplemente desean o se sienten mejor preparados encargarse de otra tarea.

Viene esto al tema de la fidelidad empresarial. Mucha gente se cambia de profesión simplemente porque no está en el puesto que desea (también por la remuneración, eso está claro). En ciertos sectores y momentos, estos cambios no están bien vistos y se les suele marcar como trabajadores "poco fieles", en casos extremos "traidores".

Pero, ¿qué pasa con los empresarios o los altos cargos? Echando la memoria atrás he visto gente que ha creado o dirigido empresas para posteriormente dividirlas en varias y dejar a la original en manos de otros, estar permanentemente de viaje sin velar por la empresa o los empleados, o desaparecer de la gerencia de una empresa familiar. También cambiar de empresa o montar una nueva simplemente por el salario, por afán de aventura, por haber agotado la subvención de turno o por necesidad de demostrar algo a los colegas.

Este rasgo, sin embargo, suele ser considerado "positivo" en esos puestos y personas. Indica capacidad de progreso, de emprender nuevas aventuras, de mejora profesional, de riesgo. A estas personas raramente se las considera "traidoras" aunque hayan dejado sin su liderazgo y experiencia o hayan incumplido las promesas por las que contrataron a toda una plantilla.

Hasta hace poco, en el modelo tradicional de empresa, la fidelidad del empresario y altos cargos estaba tan garantizada o más que la de los trabajadores.

Hoy el mercado ha cambiado en muchos sectores. Las empresas se crean y se destruyen. Igual que es previsible que un trabajador cambie de empresa, ocurre lo mismo con empresarios y altos cargos, aunque en este segundo caso el impacto sea mucho mayor.

Son las reglas del juego. Pero no es justo denominar "trepa", "vendido" o "traidor" al trabajador que se mueve y "persona de éxito" o "emprendedor" al empresario o inversor que busca nuevos retos.

Y más privacidad


En algún artículo anterior hablábamos sobre cómo se incumplen sistemáticamente las leyes de protección de datos, ofreciendo multitud de detalles personales.

Lo he recordado porque andaba yo buscando en Google el currículum de una persona de esas que aparecen de la nada para ocupar directamente un puesto de gran responsabilidad. De esas que toman decisiones importantes, económicas incluidas. Como estas personas suelen ser bastante reacias a dar detalles de sus ocupaciones anteriores y son maestros en el arte del despiste, a veces no queda más remedio que buscar en Internet. Algunas veces, aunque no les gusta hablar claramente, sí tienen una detallada página personal o su currículum en LinkedIn, de manera que dan ciertas referencias de su trayectoria anterior.

Para mi sorpresa resulta que, en vez de dar con lo que andaba buscando, Google me muestra en las primeras posiciones su nombre en varias sentencias y boletines oficiales, en nada menos que tres comunidades autónomas distintas. Pinchando en ellas resultan ser: una reclamación judicial por despido, una citación para la Agencia Tributaria (sección recaudación), varias y cuantiosas multas de tráfico y notificaciones de impago de licencias de urbanismo, agua y basuras.

Toma ya.

26 August 2010

Concursos de contratación y Curiosidades


Algunos todavía creen en la transparencia y en que los procesos de contratación "oficiales" (grandes empresas, administración, etc...) proporcionan a los candidatos mejor preparados. Angelicos...

He aquí un par de batallitas curiosas que quería compartir.



Diferénciate del resto

Una de mis anécdotas favoritas ocurrió cuando, en un concurso de contratación para una plaza de profesor de universidad, alguien presentó dos títulos que -pensó- le darían una buena puntuación y diferenciación respecto a otros candidatos. Con esto de la multidisciplinareidad, los temas trasversales, Bolonia. Ya se sabe.

El primer mérito, un título internacionalmente reconocido que certificaba un nivel C2 de inglés. Ya que toda la literatura, revistas de investigación, conferencias, etc... se presentan en la lengua de Shakespeare y que algunas de las clases de ese centro se impartían en inglés, parecía oportuno demostrar que se tenía una adecuada capacidad en ese idioma.

El segundo mérito, el Certificado de Aptitud Pedagógica (CAP), emitido por un centro oficial de su propia universidad. Este título, requisito para ser profesor de secundaria, parecía un buen credencial, ya que se estudian los aspectos más esenciales de la educación, aspectos psicopedagógicos, realización de tutorías, nuevas tecnologías para la educación, etc. Se trata de un curso largo, con trabajos y exámenes, de más de 200 horas. A ese mismo centro acuden profesores a formarse en éstos y otros aspectos a realizar cursos de 3, 6 y 12 horas de los mismos temas (tutorías a través de la web, uso de nuevas tecnologías en la educación, etc...) impartidos por los mismos profesores, que sí se valoran positivamente en los concursos de contratación (y en los complementos docentes).

Cuando salió la valoración de méritos y la puntuación de candidatos, salió también una nota con asterisco:

  • No se valoran idiomas
  • No se valora el CAP


El currículum invisible

Me dijeron de un concurso de contratación, para una administración oficial de bastante prestigio, también para profesor. Eché un vistazo y la valoración de méritos parecía curiosa: 100 puntos por currículum: méritos laborales, académicos, etc, sin ningún criterio específico definido (e.g. tanto por ser doctor, tanto por publicación de prestigio, tanto por año contratado...). Por tanto, muy difícil de recurrir.

Lo más sorprendente, una entrevista con una valoración de... ¡50 puntos!, donde se medía la "idoneidad" del candidato para el puesto. ¿Criterios objetivos o medianamente definidos? Ninguno. La entrevista era irrecurrible.

Éstos fueron los resultados finales del concurso, con puntuación por currículum, entrevista y total para las cuatro vacantes:

Candidatos contratados:
  • 62,1 + 45 = 107,1
  • 53,5 + 50 = 103,5
  • 37,5 + 50 = 87,5
  • 30,8 + 35 = 65, 8
Candidatos no contratados:
  • 33,9 + 30 = 63,9
  • 31,3 + 25 = 56,3
  • 50,7 + 5 = 55,7
  • 42,2 + 0 = 42,2
De estos datos, se pueden sacar algunas curiosidades matemáticas:
  • De los contratados, el 50% sacó un 50 sobre 50 en la entrevista. El 25% sacó un 45 sobre 50.
  • El 50% de los contratados obtuvieron, en términos absolutos, más puntuación por la entrevista (que valía un 33%) que por su currículum (que valía un 66%).
  • El candidato con peor currículum global fue contratado. Es decir, uno de los candidatos contratados tenía peor currículum que todos los no contratados.
  • Los candidatos con tercer y cuarto mejor currículum no fueron contratados.
  • Esos mismos candidatos sacaron un 5 y un 0 sobre 50 en la entrevista.
  • ¿Qué es lo que harían en la entrevista esos candidatos para que, según la puntuación, lo hicieran entre diez y cincuenta veces peor que la mayoría de sus compañeros contratados?
Y, lo más interesante:
  • Si ignoramos la valoración de currículum y dejamos sólo la columna con la puntuación de la entrevista, se obtiene la misma partición contratados / no contratados.
  • Es más, salvo en un caso donde bailaría el primer candidato, la puntuación final y, por tanto, el orden de contratación, coincide exactamente con  la puntuación de la entrevista.
Entrevista sin criterios objetivos e irrecurrible. Se siente.

24 August 2010

¿Dame pan y déjame que te llame tonto?


Puntualización del post anterior


Me he enterado hace un rato de que el post anterior llegó a Menéame, con algo de polémica (cómo no).

Algunas puntualizaciones:

  1. La mayor parte del artículo expone unos hechos utilizando información publica existente. Cualquiera que sepa consultar los archivos históricos sabrá corroborar los datos que aporto en cuanto a los nombres y apellidos más frecuentes. Cualquier error por mi parte, debidamente demostrado, será muy agradecido e inmediatamente corregido.
  2. El que indague un poco más también se topará con datos curiosos como que, por ejemplo, no hay recogida ni una sola persona llamada Aitor, ninguna Idoya, Ydoia o Idoia y sólo constan 6 personas llamadas Aranzazu. Esos son los datos que constan en los archivos. También cómo se escribían nombres, apellidos y topónimos hasta 1900. Recordemos, sólo de Guipúzcoa. Las quejas, a la Diócesis, gracias.
  3. Insisto en que se trata de las partidas sacramentales desde el medievo hasta 1900, con todo el Siglo XX excluido. Por tanto, cualquier argumento deberá remitirse a esos siglos. En el País Vasco, por desgracia, las explicaciones (negativas) de casi todo sólo buscan razones que comienzan en 1936, y ya aburren. Pero en este caso no sirven. Todo lo posterior a 1900 no sirve. Indaguemos más en esa parte de la historia y por qué están recogidos esos nombres. ¿Será "culpa de la iglesia"? ¿La misma iglesia de la que Sabino Arana fue fervientemente defensor y que ha acompañado al sentimiento nacionalista desde sus inicios? Las quejas, nuevamente a la Diócesis, gracias.
  4. Cualquier argumento sin datos, sencillamente, no sirve. Decir que algo es así "en la literatura" requiere fuentes. Decir que algo es tradición "oral" o que un pueblo es "aislado" en pleno Siglo XXI, en unas tierras con grandes marinos que han dado la vuelta al mundo y en constante convivencia y comunicación con sus vecinos es difícil de entender. En cualquier caso, la tradición oral puede tergiversarse o directamente inventarse con una facilidad pasmosa. Es por eso que suele darse como definición de "historia" la aparición de textos escritos. Es lo único a lo que la gente puede remitirse para obtener información.
El artículo, efectivamente, mezcla datos con cierta provocación (algo muy diferente a contar mentiras, que deberán ser debidamente demostradas). ¿Cuál es el problema? Su propósito es estimular las ganas de investigar, preguntar y aprender de una población que, como casi todas, ha sido continuamente engañada por su clase política y los poderosos, reescribiendo de manera incuestionable una serie de hechos muy matizables, cuando no directamente falsos. Otra cuestión es que haya a quien no le interese conocer su pasado.

Sobra decir que cualquier aportación, aclaración o explicación del por qué de esta disparidad de nombres y grafías entre los archivos históricos y lo que hoy se vende como "auténticamente vasco" será bienvenida.

18 August 2010

En busca del nombre (vasco) perdido


Siempre me ha resultado curioso que existen multitud de páginas dedicadas a los nombres en euskera, así como foros donde futuras madres piden (casi suplican) qué nombre "vasco" poner a sus hijos. También me ha sorprendido lo implicadísima que está la gente con este tema y lo dispuesta que está a ayudar y colaborar para ver quién pone el nombre más "original" o extravagante, siempre con la condición de que sea "vasco". Y, siempre, una especie de aureola de misterio, como si para poner el nombre a un hijo hiciera falta un manual, buscar en documentos o consultar con la comunidad.

¿A qué puede deberse esto?

Realizando unas búsquedas de una tatarabuela guipuzcoana y gracias a la ayuda de una compañera, llegué al Archivo Histórico Diocesano de San Sebastián, en su versión on-line. Dispone de un magnífico catálogo con todos los registros sacramentales históricos de Guipúzcoa (partidas de nacimiento, matrimonio y defunción) hasta 1900. Parece que todavía no está completamente digitalizado, pero tiene una cantidad enorme de datos que se pueden consultar.

¿Que mejor lugar para investigar acerca de los nombres históricamente más frecuentes en Guipúzcoa? Recordemos que, por temas de confidencialidad, sólo hay datos hasta 1900, de manera que todo el Siglo XX queda excluido, pero... ¿a quién le importa?, ¿no andábamos buscando lo auténtico, lo tradicional, lo histórico? Si está en alguna parte, tiene que estar aquí, ya que recoge todos los nombres de Guipúzcoa desde el medievo (1570) hasta 1900.

Preparo la varita mágica informática (detalles del truco confidenciales por el momento) y he aquí el Top 20 de los nombres más frecuentes en Guipúzcoa hasta el siglo XX:

  1. Maria
  2. Francisco
  3. Domingo
  4. Martin
  5. Pedro
  6. Maria Josepha
  7. Juan
  8. Miguel
  9. Joseph
  10. Catalina
  11. Maria Josefa
  12. Maria Antonia
  13. Antonio
  14. Francisca
  15. Maria Francisca
  16. Maria Ygnacia
  17. Ygnacio
  18. Josefa Antonia
  19. Jose Maria
  20. Juan Antonio
En cuanto a nombres que contengan alguna k, éstos son todos los que hay en el archivo (nótese que mucho de ellos posiblemente son erratas tipográficas como Miguek (Miguel), Ekias (Elias), Cathakina (Cathalina):
  1. Estanislada Kostka
  2. Estanislao de Koska
  3. Jose Maria Akistion
  4. José Ekias
  5. Juan Alkejo
  6. Juan Miguek
  7. Katalina
  8. Katerina
  9. Katerinam
  10. Katerinaz
  11. Maria Cathakina
  12. Maria Josefa Aoikubar

¿Qué hay entonces de los nombre que hoy todo el mundo como "vascos"? ¿Y de la omnipresente k?

Una buena parte de estos nombres provienen del Deun Ixendegi Euzkotarra (Santoral Onomástico Vascongado), obra póstuma de Sabino Arana y publicado en 1910. Sabino Arana (también creador del neologísmo Euzkadi), recordemos, era un ultraderechista católico, xenófobo, de familia no euskaldun y Pío Baroja lo denominó "un improvisado lingüista". Creador de grandes perlas.

Este santoral es algo así como una "vasquización" de los nombres tradicionales. De manera que Pedro pasa a ser Kepa y Luis pasa a ser Koldo. La forma de "euskaldunizar" los nombres la desconozco, pero viniendo de quien viene apostaría a que tiene un buen componente de invención y otro tanto de reivindicación (con la k siempre de por medio, a pesar de que, gráficamente no había existido en ningún nombre anterior y fonéticamente el sonido aparece en muchísima menos proporción que en los nuevos nombres).

Es obvio que antes de la publicación de ese Santoral en 1910 nadie se llamó así. Es decir, nuestros tatarabuelos guipuzcoanos no se llamaban Kepa, Koldo, Miren, etc... y no eran demasiado frecuentes ni siquiera nombres de fuerte tradición como Aránzazu, sino que se llamaban María, Francisco, Pedro y Juan, según los archivos históricos.

Los mismos tatarabuelos llamados Francisco y María vivieron en pueblos llamados Abalcisqueta, Fuenterrabía, Mondragón, Motrico, Villafranca de Ordicia y Zumaya, hasta la rebautización/normalización oficial del Siglo XX. (Ver la "ayuda con los topónimos" del Archivo Diocesano).

Como despedida, el Top 20 de los apellidos históricamente más frecuentes en Guipúzcoa:
  1. Echeverria
  2. Aguirre
  3. Aramburu
  4. Larrañaga
  5. Garmendia
  6. Arregui
  7. Jauregui
  8. Arrieta
  9. Mendizabal
  10. Yzaguirre
  11. Alberdi
  12. Arana
  13. Ugarte
  14. Lasa
  15. Altuna
  16. Elorza
  17. Ymaz
  18. Uranga
  19. Garate
  20. Muxica
Nunca está de más indagar en el pasado para descubrir cómo se nos engaña continuamente, en nombre de falsos pasados, tradiciones e identidades, aprovechándose de los que ya no están.

Si nuestros tatarabuelos vascos despertaran hoy, no sabrían qué significa Euskadi, no conocerían la ortografía, ni sabrían de dónde provienen los exóticos nombres de los Kepas, Koldos, Maialens y Nagores que dan lecciones prefabricadas de tradición y vasquismo.

Curioso.