18 April 2011

¿Quién tiene el poder?


Universidad del País Vasco. Esta mañana un grupo de estudiantes han acampado en el césped central. Ponen tiendas de campaña; tienden ropa entre dos árboles; hacen la comida. Juegan a ser guays en público mientras reinvindican no se sabe qué. No es la primera ni la segunda ni la tercera vez. Es habitual.

Cuando va a caer la noche cogen unas azadas y levantan parte del precioso césped mientras ponen música alta, haciendo amago de crear lo que es un huerto o algo similar. La tarea es pesada. A los 5 minutos ya nadie cava, pero ha sido divertido.

Todo el mundo los ignora, pero siempre están ahí. No hay semana que no haya pintadas, carteles, acampada, música o lo que sea necesario para llamar la atención.

¿Tienen permiso? Lo dudo. ¿Se otorgaría un permiso para molestar a cinco facultades a la vez cada semana con música y demás tonterías mientras molestan a todos sus profesores y alumnos? ¿Se otorgaría permiso para colgar carteles reivindicativos y hacer pintadas en sus edificioes? ¿Es normal permitir que se levante el césped del jardín con azadas?

Nadie dice nada. Una decena de chavales (o debería decir chavalas, porque la mayoría son chicas) con camisetas de rayas, rastas y demás emblemas perroflautas (en su versión eusquérica) hacen lo que les viene en gana y tienen dominada a la universidad.

¿Por qué? Porque siempre incluyen las palabras ETA, Sortu o torturas en sus pancartas. Porque aquí toda susceptibilidad es herible. De paso, aprovechan para meter reclamos feministas, deportivos o lo que haga falta. Total, qué más da. Ya tienen el toro por los cuernos. La oveja latxa, quiero decir.

Nadie se atreve a decirles ni mú, aunque son cuatro niños bien jugando a hacerse los guays a los que dan ganas de darles una bofetada. Para mí en nada se diferencian de los grupos de neonazis, punks o heavys que frecuentaban los institutos cuando era pequeño. Tienen su misma estética y su mismo cacao mental. Tan solos en su absurdo, pero tan chulos y poderosos.

Toca callar y mirar a otro lado. En unos días un servicio de limpieza, como cada semana, limpiará las pintadas y recogerá su basura. Luego vendrá el servicio de jardinería y repondrá el cesped donde han estado jugando.

Jugando a ir de camping gratis y llamar la atención. Y aquí no ha pasado nada.

Pero la respuesta a la eterna pregunta sigue siendo no. No se ha recuperado la normalidad en el País Vasco.

Tiene gracia. El Ayuntamiento va a poner parking de pago en toda la Universidad y barrios aledaños, en una manifestación despótica de poder sin precedentes, ya que tiene en contra a toda la Universidad y los vecinos, y resultando especialmente perjudicial para los estudiantes (ya que la mayoría de personal funcionario tienen garaje gratuito en los bajos de la Universidad).

Pero en la manifestación para protestar estuvieron cuatro estudiantes y medio. ¿Estarían comprando las tiendas de campaña y las azadas?

Enhorabuena valientes. Seguid colgando pancartas, haciendo pintadas, y quemando contenedores si hace falta. Contra la represión y las imposiciones fascistas.

Eso sí, no olvidéis echar la moneda cada hora en la máquina del parking. Aunque bueno, bien visto, igual sirve de excusa para juntarse, echarse un porrito y debatir un poco sobre feminismo, torturas o lo que toque.

Imbéciles.

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