26 January 2012

¡A los leones!


Hoy me llega la noticia de que un compañero discapacitado, estudiante de doctorado, ha sido obligado a devolver una ayuda (no tengo claro si complemento, dependencia, o pensión de invalidez) porque le fue otorgada una beca + contrato para hacer su tesis, y ambas ayudas resultan incompatibles.

En primer lugar, decir que parece injusto que una ayuda por dependencia o discapacidad, que intenta compensar las dificultades a las que por desgracia el beneficiario se enfrenta, sea incompatible con una actividad laboral.

Ahora bien, cómo ha tratado la prensa (y los comentaristas de menéame, cómo no) el asunto, es algo vergonzoso. Si se leen las noticias, el mensaje que se da es que "alguien ciego y sordo que es discriminado por su incapacidad".

Los perodistas tampoco se quedan cortos en contradicciones. Hablan de que se le obliga a devolver las ayudas percibidas en su segunda fase de investigación (dos años de contrato laboral en toda regla), aunque no durante los dos primeros años de beca, para luego afirmar que "parece que el problema es que las ayudas por discapacidad son incompatibles con las becas de investigación). Posteriormente sale el padre aludiendo que "no es justo, porque fue el que mejor expediente tuvo". ¿Qué tendrá que ver la velocidad con el tocino?

Algunos, escépticamente han comentado que cómo le es posible comunicarse y sacarse un doctorado (dice que está a punto de entregar la tesis) a un ritmo normal a alguien que no ve ni oye, cuando a los mejores expedientes y con plenas facultades, le cuesta cuatro años o más.

El tema resulta todavía más peliagudo cuando uno escucha la entrevista radiofónica del protagonista: responde en tiempo real a la entrevistadora, y con una rapidez y claridad envidiables. Para ser sordo, como dice la prensa, la cosa no está nada mal. Desconozco si utiliza algún aparato electrónico de apoyo pero desde luego, si lo hace, el resultado apartente es que (auditivamente hablando) no parece que esté en desventaja respecto a alguien no discapacitado. Al menos las llamadas telefónicas las escucha y contesta como ya les gustaría a muchos trabajadores de call centers. La foto pinchándose el dedo (parece que su enfermedad también provoca diabetes) tampoco ayuda.

Volviendo al tema, no quiero entrar en detalles morales. A lo que viene la reflexión es a la cantidad de morbo, titulares sensacionalistas, mala bilis y desinformación que tenemos en este país, y lo que nos gusta mezclar la velocidad con el tocino. La historia se ha vendido y la gente se comporta como si el protagonista fuera Stephen Hawking, tanto en discapacidad como en genialidad, frente a una discriminación enorme. Acudiendo a los pocos datos que se ofrecen, la cosa es mucho más sencilla y menos épica. Se trata de juzgar si esas ayudas son compatibles o no. No de juzgarlo a él.

Otro tema es que la ley y el caso sean muy injustos, porque pone entre la espada y la pared a gente que, aun teniendo grandes limitaciones, tiene ganas y aptitudes para trabajar, obligándole a elegir entre cobrar una miseria y quedarse en casa, o arriesgarse a entrar en el mundo laboral con todas sus devastadoras consecuencias y no estando en igual de condiciones. ¿No debería servir un caso como éste pare reformar y revisar las leyes y no solamente para "concederle una excepción"?

Pero de ahí a las barbaridades que se leen, donde todo el mundo es opinador profesional sin tener la más remota idea de los datos reales (ni ganas) y haciendo suposiciones acerca de todo, hay un trecho. La realidad es que el chico, que veía y hablaba escuchaba, sufre una enfermedad degenerativa que le ha afectado a la visión y al oido, pero los comentaristas ya están hablando de "un sordociego de nacimiento que ha conseguido lo imposible".

Hace mucho que no leo la prensa ni veo la televisión, pero aun así me siguen llegando noticias de amigos y conocidos. Cada una con la que me topo, es una invitación a marcharse de aquí. No tanto por lo que pone en ellas (que también), sino por cómo reaccionan los comentaristas y el público en general.

Saludos.

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